La
catequesis es un pilar maestro para la educación de la fe, y hacen falta buenos
catequistas. Gracias por este servicio a la Iglesia y en la Iglesia. Aunque a
veces pueda ser difícil, se trabaje mucho, con mucho empeño, y no se vean los
resultados deseados, educar en la fe es hermoso. Es, quizás, la mejor herencia
que podemos dejar: la fe. Educar en la fe, para hacerla crecer. Ayudar a niños,
muchachos, jóvenes y adultos a conocer y amar cada vez más al Señor, es una de
las más bellas aventuras educativas: se construye la Iglesia. «Ser»
catequistas. No trabajar como catequistas: eso no vale. Uno trabaja como catequista
porque le gusta la enseñanza… Pero si tú no eres catequista, ¡no vale! No serás
fecundo, no serás fecunda. Catequista es una vocación: “ser catequista”, ésta
es la vocación, no trabajar como catequista. ¡Cuidado!, no he dicho «hacer» de
catequista, sino «serlo», porque incluye la vida. Se guía al encuentro con
Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Recuerden lo que nos
dijo Benedicto XVI: “La Iglesia no crece por proselitismo. Crece por
atracción”. Y lo que atrae es el testimonio. Ser catequista significa dar
testimonio de la fe; ser coherente en la propia vida. Y esto no es fácil. ¡No
es fácil! Ayudamos, guiamos al encuentro con Jesús con las palabras y con la
vida, con el testimonio. Me gusta recordar lo que San Francisco de Asís decía a
sus frailes: “Predicad siempre el Evangelio y, si fuese necesario, también con
las palabras”. Las palabras vienen… pero antes el testimonio: que la gente vea
en vuestra vida el Evangelio, que pueda leer el Evangelio. Y «ser» catequistas
requiere amor, amor cada vez más intenso a Cristo, amor a su pueblo santo. Y
este amor no se compra en las tiendas, no se compra tampoco aquí en Roma. ¡Este
amor viene de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! Y si
viene de Cristo, sale de Cristo y nosotros tenemos que caminar desde Cristo,
desde este amor que Él nos da.
SS
Francisco: Discurso a los participantes en el
Congreso
Internacional sobre la Catequesis,
27
de septiembre de 2013
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