viernes, 26 de julio de 2024

AGENDA SEMANA 29 DE JLIO AL 4 AGOSTO



 

LECTURAS DEL XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

Primera Lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes (4,42-44):

 En aquellos días, uno de Baal-Salisá vino a traer al profeta Eliseo el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja.

Eliseo dijo: «Dáselos a la gente, que coman.»

El criado replicó: «¿Qué hago yo con esto para cien personas?»

Eliseo insistió: «Dáselos a la gente, que coman. Porque así dice el Señor: Comerán y sobrará.»

Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor.

 

Palabra de Dios



 

                                                                Salmo

Sal 144,10-11.15-16.17-18

 

R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias

 

Que todas tus criaturas te den gracias,

Señor, que te bendigan tus fieles;

que proclamen la gloria de tu reinado,

que hablen de tus hazañas. R/.

 

Los ojos de todos te están aguardando,

tú les das la comida a su tiempo;

abres tú la mano,

y sacias de favores a todo viviente. R/.

 

El Señor es justo en todos sus caminos,

cerca está el Señor de los que lo invocan,

de los que lo invocan sinceramente. R/.

                                                                  

                                      

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (4,1-6):

 Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados. Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.

 Palabra de Dios


                                     

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,1-15):

 

En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos.

Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tentarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.

Felipe contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.»

Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»

Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo.»

Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.

Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.»

Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.

La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Éste sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»

Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

 

Palabra del Señor

                                                   

 

jueves, 25 de julio de 2024

LOS ABUELOS, SÍ SON SUPERVIVIENTES



 LOS ABUELOS, SÍ SON SUPERVIVIENTES

 

La televisión ha sido uno de los grandes adelantos del siglo XX. Permitía dejar oír sin ver ,(la radio), a ver oyendo. Pero claro, la televisión ha ido avanzando a pasos agigantados. Siempre, dicen, en beneficio del televidente. Es decir en beneficio de todos y cada uno de nosotros. Sea al precio que sea: ellos se llevan una parte suculenta por publicidad y nosotros podemos estar hasta diez minutos aguantando algo que siempre es lo mismo sin cambiar de cadena.

Hay programas que se llevan la palma. Quziás por el contenido, quizás por el enganche del presentador, pero que tragamos con ruedas de molino algo que yo personalmente no trago. Hay un programa de máxima audiencia, en el que el premio a una prueba determinada consiste en comer algo. Casi siempre una candidad muy buena en un tiempo determinado: sin tenedor, con las manos, y lo que sobra se lo dan a los que han perdido la prueba. Claro, lo que no se coma en ese tiempo, manoseado y babeado por seis y ocho concursantes, creo que lo tirarán. Verbo tirar. Sin afán de ser demagogo, porque está a la vista de todos, tiran comida enardeciendo a una audiencia que está deseosa del programa. Un programa que se vanagloria de supervivencia.

Una audiencia que probablemente está cabreada, enfadada por la cantidad de inmigrantes que nos llegan a nuestras costas, que no tienen cabida en la sociedad en la que nos toca vivir, que le echamos la culpa de todos y cuantos delitos se puedan dar en el entorno en el que vivimos, que no nos ponemos de acuerdo de a dónde tienen que ir, pero somos los que despreciamos, tiramos comida... como si sobrara o como si no hubiera gente que daría lo que fuera por un plato de eso que se tira y que se degustaría sin tiempo para poder comerla.

Muchos creyeron ver en aquella ley que permitía llevarse a casa la comida que no se consumía, la panacea al despilfarro. Pero da la casualidad que según Manos Unidas, con todo lo que tiramos porque no consumimos, se podría paliar el hambre en el mundo. No habría hambre, pero es que nos da lo mismo y seguramente pensamos que como a nosotros no nos toca, pues a tirar se ha dicho. 

Es curioso como en el evangelio de este fin de semana, un joven muchacho, que no tenía nada más que dos peces y tres panes, es decir lo justo y necesario, lo pone al servicio de los demás. Los que menos tienen nos enseñan que con poco se puede hacer mucho.

Este fin de semana es la jornada mundial de los abuelos. Ellos, con practicamente nada de recursos, eran capaces de sacar adelante una familia repleta de miembros. Sin adelantos, con infinidad de platos de cuchara y así hemos salido muchos adelante. Recuerdo a una abuela de las mías, que allí no se tiraba nada. Lo que no se comía un día se aprovechaba con otro nombre para el día siguiente. Te podría gustar más o gustar menos, pero es que en la mesa de san Francisco, donde comían cuatro , comían cinco. Alli no se tiraba nada y además se comía con la educación que conlleva y le corresponde a la comida. 

El lema de los abuelos de este año, en la vejez no me abandones, una vez más nos viene a demostrar que nos tienen que recordar que no hay que abandonar lo valioso. Lo que nos enseña y nos apoya en la vida. El ser viejo, es símbolo de una vida vivida en plenitud y que los años que nos van cayendo son símbolo de vivir la vida. 

Los abuelos son los que nos dejan la huella en la vida para poder seguirla. Alguien me decía que los abuelos son los que marcan una senda que con el paso del tiempo echamos en falta pero que en el tiempo que nos toca, no reconocemos que ellos nos marcan el camino. 

Ellos son los verdaderos supervivientes de la vida. Una vida dura, nada fácil, sin apenas recursos en ningún sentido, pero que ha sabido salir adelante y nosotros nos ahogamos en un vaso de agua.

No tiremos la comida; no abandonemos en su vejez a los que nos han marcado el sendero de la vida. Seamos fieles cumplidores de nuestro presente.


Hasta la próxima

Paco Mira

 

sábado, 20 de julio de 2024

EUCARISTÍA DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO

EUCARISTÍA NTRA SRA CARIDAD DEL COBRE. DOMINGO XVI

LA MIRADA DE MUCHOS, POR EJEMPLO:DE LUIS DE LA FUENTE


 

Un pastor es la persona que cuida de un rebaño, y un rebaño es un conjunto de cabezas de ganado. Pero la palabra rebaño es utilizada en sentido despectivo para referirse a una masa anónima de personas, sin ideas propias, manipulable... y a menudo, la sociedad en que vivimos, y por tanto nosotro smismos, se parece en muchos aspectos a un rebaño: no hay un rumbo fijo, ni una meta definida, sino que se vive al día, sin grandes planes, sin esperanza, sólo buscando momentos gratificantes. 

También nos falta capacidad de reflexión y crítica para discernir y, por eso, abundan pastores (aunque ahora se llamen influencers o coaches) que se aprovechan de la necesidad de esperanza de la gente para conseguir miles de seguidorees que, de un modo irreflexivo, adoptan ideas y se dejan llevar por lo que estos nuevos pastores les dicen.

En el evangelio hemos escuchado que Jesús vio una multitud y se compadeció de ella porque andaban como ovejas que no tienen pastor. Jesús ve la realidad de su tiempo: no faltaban falsos pastores, que se presentaban como el Mesías para liberar al pueblo de la dominación romana; también muchos de los pastores oficiales (sacerdotes del templo, escribas, fariseos...) dejaban mucho que desear, como lo había anunciado el profeta Jeremías: “«ay de los pastores que dispersan y dejan que se pierdan las ovejas de mi rebaño», por eso no es de extrañar que la gente ya no supiera a qué atenerse, y por eso andaban por la vida sin rumbo fijo, como ovejas sin pastor y fácilmente manipulables.

Por eso Jesús, no ve un rebaño; ve a una multitud de personas que, aunque no lo expresen, sufren por esa falta de rumbo y de meta para su vida; por eso se puso a enseñarles muchas cosas.

El evangelio de hoy nos hace varias llamadas: una que pensemos si somos rebaño, si vivimos como ovejas que no tienen pastor, sin un rumbo ni meta definidos; si me dejo llevar de un modo irreflexivo por las opiniones o criterios de otros en todas las dimensiones de mi vida.

Por otra parte Jesús dice que vio a la gente y le dio lástima. Hay un refrán que dice que hay miradas que hablan por sí mismas. Esta semana se ha hecho viral la respuesta del seleccionador nacional de fútbol Luis de la Fuente cuando confesó públicamente que se presignaba antes de cada partido y que no era un gesto de superstición, sino un acto de fe. ¡Cuántas supersticiones tenemos que superar y suplirlas por gestos de fe!. ¿Cómo miramos nosotros a la gente que nos rodea?.¿Es despreciativa  e indiferente o compasiva como la de Jesús?. La realidad que estamos viviendo a nivel migratorio, nos reta en la mirada.

Es una pregunta, la anterior, que nos lleva a plantearnos qué puedo enseñar a otros. Porque no nos olvidemos que por el Bautismo, estamos llamados a ser pastores. Y, aunque en cada lugar y circunstancia ese enseñar se concretará de formas diversas, hay algo básico para proponer a la gente que nos rodea, un rumbo fijo y una meta definida: la esperanza que es lo último que se pierde.

Y el fundamento de la esperanza es la de compartir la vida plena en el regazo de padre Dios. Tenemos la certeza de que la historia de la humanidad y la de cada uno de nosotros no se dirige a un punto ciego o un abismo oscuro, sino que se orientan al encuentro con el Señor de la gloria. Jesús muerto, pero sobre todo resucitado es el centro de nuestra fe. 

El profeta Jeremías es un hombre al que la vida no le sonrió en exceso, pero que supo mantenenerse fiel a quien le había encomendado su tarea. Quizás nosotros no tenemos muy claro dicha tarea.

La vida cristiana es un camino, que necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús». El próximo Jubileo será para todos una ocasión de reavivar y anunciar la esperanza, «para poder exclamar, ya desde ahora: Soy amado, luego existo; y existiré por siempre en el Amor que no defrauda y del que nada ni nadie podrá separarme jamás».


Hasta la próxima

Paco Mira

 

 

viernes, 19 de julio de 2024

LECTURAS DEL XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 



Primera Lectura

Lectura del libro de Jeremías (23,1-6):

 

Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño –oráculo del Señor–.

Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones –oráculo del Señor–. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá –oráculo del Señor–. Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia.»

 

Palabra de Dios



 

Salmo Sal 22

 

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta

 

El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas. R/.

 

Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan. R/.

 

Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa. R/.

 

Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término. R/.



 

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,13-18):

 

Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

 

Palabra de Dios

           

 


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):

 

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»

Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

 

Palabra del Señor



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