viernes, 24 de enero de 2025
LECTURAS DEL III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Primera Lectura
Lectura del libro de
Nehemias (8,2-4a.5-6.8-10):
El escriba Esdras se puso en
pie sobre una tribuna de madera levantada para la ocasión.
Esdras abrió el libro en
presencia de todo el pueblo, de modo que toda la multitud podía verlo; al
abrirlo, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo al Señor, el Dios
grande, y todo el pueblo respondió con las manos levantadas:
«Amén, amén».
Luego se inclinaron y adoraron
al Señor, rostro en tierra.
Los levitas leyeron el libro
de la ley de Dios con claridad y explicando su sentido, de modo que entendieran
la lectura.
Entonces, el gobernador
Nehemias, el sacerdote y escriba Esdras, y los levitas que instruían al pueblo
dijeron a toda la asamblea:
«Este día está consagrado al
Señor, vuestro Dios: No estéis tristes ni lloréis» (y es que todo el pueblo
lloraba al escuchar las palabras de la ley).
Y añadieron:
«Andad, comed buenas tajadas,
bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado
a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra
fortaleza».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 18,8.9.10.15
R/. Tus palabras, Señor, son
espíritu y vida.
V/. La ley del Señor es
perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R/.
V/. Los mandatos del Señor son
rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
V/. La voluntad del Señor es
pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son
verdaderos
y enteramente justos. R/.
V/. Que te agraden las
palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia
el meditar de mi corazón,
Señor, roca mía, redentor mío.
R/.
Segunda Lectura
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,12-30):
Hermanos:
Lo mismo que el cuerpo es uno
y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser
muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Pues todos nosotros, judíos y
griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para
formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Pues el cuerpo no lo forma un
solo miembro sino muchos.
Si el pie dijera: «No soy
mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del
cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo»,
¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo
oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó
el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.
Si todos fueran un mismo
miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Los miembros son muchos, es
verdad, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decir a la
mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No os
necesito». Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios.
Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los
tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.
Ahora bien, Dios organizó los
miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.
Así, no hay divisiones en el
cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.
Cuando un miembro sufre, todos
sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan.
Pues bien, vosotros sois el
cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.
Y Dios os ha distribuido en la
Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el
tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la
beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas.
¿Acaso son todos apóstoles? ¿O
todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos
don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (1,1-4;4,14-21):
Puesto que muchos han
emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido
entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron desde el principio
testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto
escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde
el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.
En aquel tiempo, Jesús volvió
a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la
comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.
Fue a Nazaret, donde se había
criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en
pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y,
desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está
sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a
los pobres,
a proclamar a los cautivos la
libertad,
y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los
oprimidos;
a proclamar el año de gracia
del Señor».
Y, enrollando el rollo y
devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos
clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta
Escritura que acabáis de oír».
Palabra de Dios
¿ DÓNDE ESTÁ LA PALABRA?
¿DÓNDE ESTÁ LA PALABRA?
Casi me retrotrae a mi infancia cuando se leía o veía alguna película cuyo título era «en busca del tesoro». Y es que lo que se pierde o suprime, luego es difícil de recuperar o no se volverá a dar más. Hablar es entendernos, es la cualidad de este «animal racional» que no tienen otros parecidos a su especie. Lo hemos considerado un lujo, hemos rebuscado para que la misma palabra se pueda decir de formas diferentes, es lo que nos ha permitido – a parte del asombro inicial del ser humano por las cosas – avanzar en la humanidad. Y las palabras, de nuevo, tienen su sentido: humanidad, ser humano.
Pero no olvidemos que en la vida real las palabras tienen poder, tanto las habladas como las escritas. Las palabras escritas en unas instrucciones nos permiten montar o hacer funcionar algo; las palabras escritas en una receta de cocina nos permiten comer algo bueno y bien hecho. Y las palabras habladas también tienen poder: una información que nos cuentan, un insulto, algo bonito que nos dicen… hace que reaccionemos de diferentes formas. Y ese poder de las palabras aumenta si quien nos lo dice es alguien importante en nuestra vida.
Espero que no, pero pienso que estamos perdiendo la palabra. No tanto la palabra que es innata al ser humano, sino la capacidad de comunicación que nos ha hecho únicos, irrepetibles. Hemos luchado, y seguimos haciéndolo, para que la tecnología ayude al ser humano, para que ayude a avanzar... pero la tecnología ya nos supera y lo que es más, no nos da oportunidad de comunicación. Esa imagen tan llevada y traída de la mesa de cuatro de una familia, cada uno con su móvil, y que nadie habla, cada día es más real.
Ya no estrujamos la mente para enviar una felicitación (navideña, de cumpleaños, del día...), aprovechamos la que las redes sociales nos aportan para adjuntar sin necesidad de ser creativos en nuestras relaciones. Curiosamente el otro día fui a una farmacia a buscar un medicamento que el médico me dio por escrito en su receta y la farmaceútica me pregunta, «su médico no utiliza el ordenador». ¡Qué pena!, perdemos y no valoramos lo más esencial: la comunicación real y efectiva en favor de la maquinaria que, seguro, acabará con la identidad de muchos.
A nivel de fe, les puedo asegurar que «para el niño recién nacido no había sitio en la posada», o que «la Palabra vino a los suyos, y los suyos no la recibieron». El Papa ha querido que este tercer domingo sea dedicado a la Palabra y esta con mayúsculas. Dios sigue queriendonos decir algo. Todos los días, pero en especial los domingos, siempre tiene una buena noticia que comunicarnos en un mundo en el que cada vez, las malas noticias campan a sus anchas.
Quiero creer que la profecía se hizo evangelio: Hoy se ha cumplido la Escritura que acabamos de oír. Lo dice el Ungido, el enviado, el que es la Luz, el Camino, La verdad y la Vida. Lo dice el que es evangelio de los pobres. Fijémonos en nuestra asamblea. Podemos decir que somos una familia de hijos en torno a una mesa, de pobres que hemos sido evangelizados, de ciegos que hemos recobrado la vista, de leprosos que hemos sido limpiados, , de oprimidos que hemos sido liberados. ¡En Cristo Jesús, se ha cumplido para nosotros lo que el Señor, por el profeta, había prometido!.
Que nadie se engañe a sí mismo. O somos evangelio para los pobres, o no somos cuerpo de Cristo. O somos evangelio para los esclavos de nuestro tiempo, o no somos cuerpo de Cristo. O somos evangelio para los sin papeles, para los sin derechos, para los excluidos del bienestar, para los hambrientos de justicia, para los hambrientos de pan o no somos cuerpo de Cristo. En el Cuerpo de Cristo no caben los que, en nombre de la propia tranquilidad o seguridad o bienestar, justifican el abandono de los pobres y su muerte.
Comenzaba diciendo, ¿dónde está la palabra?. Pues la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.
Hasta la próxima
Paco Mira
martes, 21 de enero de 2025
domingo, 19 de enero de 2025
JORNADA MISIONERA
🩷🩷En la mañana de hoy se ha realizado la jornada de infancia misionera en la unidad pastoral San Rafael Arcangel@ San Pedro Mártir.
💗💗A las 10.00 de la mañana se inició la eucaristía en la parroquia San Pedro Mártir con las familias y niños de esa parroquia. Al finalizar estos niños leyeron un “manifiesto” y se acogió a las familias y niños de San Rafael que se acercaron a dicho lugar para iniciar la marcha desde dicho lugar.
🥾🥾🥾La marcha se realizó por toda la Avenida llegando hasta plaza San Rafael con parada en la plaza los Algodoneros.
💒💒Al llegar a la plaza San Rafael se concluyó el acto con otra lectura por parte de los niños de esta parroquia dando lugar a la eucaristía en familia para dicha comunidad.
Muchas felicidades y muchas gracias por ser acogidos, por acoger y demostrar “”COMPARTO LO QUE TENGO”.