Primera
lectura
Lectura
del libro de la Sabiduría
Fuera
de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu
sentencia. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te
hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder
total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen. Tú, poderoso soberano,
juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer
cuanto quieres. Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser
humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar
al arrepentimiento.
Palabra
de Dios
Salmo
R/.
Tú, Señor, eres bueno y clemente
Tú,
Señor, eres bueno y clemente,
rico
en misericordia, con los que te invocan.
Señor,
escucha mi oración,
atiende
la voz de mi súplica. R/.
Todos
los pueblos vendrán
a
postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán
tu nombre:
«Grande
eres tú, y haces maravillas;
tú
eres el único Dios.» R/.
Pero
tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento
a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame,
ten compasión de mí. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,26-27):
El
Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir
lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu,
y que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra
de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,24-43):
En
aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos
se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la
gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.
Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.
Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena
semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un
enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que
vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar
la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la
siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la
cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi
granero."»
Les
propuso esta otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un grano de
mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas,
cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que
las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.»
Les
dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer
la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.»
Jesús
expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada.
Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas;
anunciaré los secretos desde la fundación del mundo.»
Luego
dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
«Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.»
Él
les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo
es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los
partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es
el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la
cizaña y se quema, así será el fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará sus
ángeles y arrancarán de su reino a todos los corruptos y malvados y los
arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su padre. El que tenga
oídos, que oiga.»
Palabra
del Señor
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