Para
que mientras disfrutas de tu merecido descanso no pierdas tu ritmo espiritual y
tu relación con Dios
Estamos
en tiempo de verano y por lo tanto, para la gran mayoría de las personas,
tiempo de vacaciones. Seguramente has esperado este momento con ansias y te has
hecho grandes expectativas sobre qué es lo que vas a hacer, el dinero que vas a
gastar, los lugares que conocerás y las interminables horas que tanto esperas
dormir.
Al
mismo tiempo estás terminando (si es que ya no lo hiciste) tu apostolado,
dejando tu grupo o comunidad en pausa hasta el regreso y todos tus amigos en la
fe quedan un poco abandonados. Es algo común que el regreso a la “rutina
espiritual” de comienzos de año sea un poco pesado pues todos estuvieron
haciendo de las suyas en vacaciones y el corazón no siempre regresa muy en
sintonía con las cosas de Dios.
Por
eso es importante proveerte de recursos para mantener a todos los que forman
parte de tu grupo de catequesis, comunidad o tu parroquia conectados con Dios
durante este tiempo de vacaciones. El descanso es mucho mejor con Jesús al
lado.
El
papa Benedicto XVI, antes de salir de vacaciones en verano del 2012 nos invitó
a tener presente que “en los días llenos de ocupaciones y de problemas, pero
también en aquellos de descanso y de distensión, el Señor nos invita a no
olvidarnos que si bien es necesario preocuparse por el pan material y restaurar
las fuerzas, aún más fundamental es el crecer en la relación con Él, reforzar
nuestra fe en Aquel que es el Pan de Vida”.
Es
por eso que queremos ofrecerte algunas ideas para que mientras disfrutas de tu
merecido descanso, no pierdas tu ritmo espiritual y tu relación con Dios, pero
más importante aún, para que ayudes a aquellos que más les cuesta mantenerse
cercanos a Jesús mientras recargan sus baterías.
1.
Visitar una Iglesia no es solo turismo religioso, es visitar a Jesús
Para
los católicos entrar a una iglesia en ciudades turísticas es parte obligada del
tour. Las iglesias, hasta las más sencillas, poseen una belleza especial. Están
delicadamente arregladas y arquitectónicamente muy bien pensadas. Mientras
sacamos fotografías en su interior a veces olvidamos que Jesús está ahí mismo y
esa luz que parpadea en el fondo es señal de que nos espera.
El
turismo religioso está bien, pero cuando visitamos una casa no solo nos
contentamos con saludar al anfitrión, también es muy grato dedicarle unos
minutos para saber de su vida y agradecerle por la acogida.
2.
Tu smartphone también te puede mantener conectado con tu fe
Una
de las cosas más importantes del equipaje es el cargador de tu teléfono. Sabes
que lo vas a ocupar para sacar fotografías, buscar direcciones, comunicarte con
sus seres queridos, –e incluso los más fanáticos revisarán sus correos
electrónicos para saber si hay alguna novedad en el trabajo–.
No
estaría nada de mal que revises
aplicaciones que puedes tener en
su smartphone y que te ayudarán a no bajar la guardia y mantenerte siempre en
una buena conexión espiritual con el
Señor.
3.
Sacar lindas fotos es un ejercicio de contemplación
A
veces sacamos fotos esperando que las vean nuestras familias y amigos y se sorprendan
por los hermosos lugares que estamos visitando. ¿Te has puesto a pensar que el
Señor hizo esos paisajes y lugares para que tu los veas?
Es
como si Él sacara una foto para publicarla en su muro y que tu digas: “wow, que
lindo lugar”, pero en este caso no es una foto, Dios hizo este lugar para ti,
por amor.
Suelta
el teléfono un minuto, no te preocupes tanto porque la foto salga bien y
disfruta de la postal que Dios ha hecho para ti.
4.
Aprovecha el tiempo para sanar las heridas
La
velocidad e intensidad con las que llevamos adelante las tareas del año suelen
dejar algunas heridas en nuestras familias, sobre todo en nuestros matrimonios.
Es buena idea tomarse un tiempo de intimidad para conversar, sanar esas heridas
y curarlas mutuamente. Tomarse ese tiempo sin el apuro de los quehaceres
domésticos seguro será provechoso.
5.
Una buena lectura también es oración
Hay
ocasiones en que nos atrapa la estructura y si no rezamos sentimos que no
estamos conectados con Dios y con nuestra vida espiritual. Es cierto, rezar es
importante, pero cuando te acuestas tarde y te levantas más tarde aún, como
ocurre generalmente en vacaciones, es difícil hacer una buena oración.
Por
otra parte, mucha gente lleva a sus vacaciones cosas para leer. Te invito a que
en estas vacaciones dejes en casa la novela romántica o de suspense y lleves un
buen libro que te ayude a crecer espiritualmente. Saca de tu cabeza que la fe
es aburrida, las vidas de los santos son tremendas novelas de aventura.
6.
Da al que no tiene. Aprende a ver a Jesús en los demás
Jesús
está ahí, en el que sufre y lo pasa mal. Los lugares turísticos también tienen
de esas personas. Se nos olvida mirar a nuestro alrededor y ver que quizá quien
te está atendiendo no ha tenido el mejor de los días. Las luces, los locales
comerciales, las artesanías, las ricas comidas y la playa nos distraen.
Puede
que muchas veces pase desapercibido el muchacho sentado en la esquina de la
calle o la niña que vende caramelos en el semáforo, estos días de descanso haz
un esfuerzo para que no sea así. Vacaciones es un buen tiempo para poner en
práctica las obras de misericordia corporales a las que tanto nos ha invitado
el Papa Francisco en el año de la Misericordia.
7.
No lleves equipaje de sobra
Deja
en casa lo que tiene que quedarse en casa. Deja el trabajo en el trabajo. Pocas
cosas son realmente necesarias en tus vacaciones: tu familia, tus amigos, un
poco de ropa, un poco de dinero (y eso no siempre es necesario), comida y
especialmente ¡Dios! No llenes tu maleta con cosas innecesarias y que solo te impedirán
descansar. Lleva en cambio aquello que te ayudará a reponer tus energías y
llegar completamente renovado de regreso a la rutina.
“Vengan
a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”
(Mateo 11, 28).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.