PARECE QUE NO, PERO VA A SER
QUE SÍ
Esta semana ha sido un tanto
convulsa: padres que se pegan en un partido de fútbol, "dando ejemplo a
sus hijos"; adolescentes que se citan en la calle para darse de bofetadas
hasta que aparece un samaritano de la vida y que les dice "no me voy hasta
que se den la mano" y al final lo consigue; hasta llegar a lo más
desgraciado del todo ( sin que lo anterior no lo sea), como ha sido el atentado
de Londres: Una vez más la sinrazón, la inexplicable falta de palabra... hace que
sucedan cosas como las que he narrado anteriormente.
Una semana en la que además
celebramos la jornada por la vida. Donde la vida tiene cabida en su propio ser
de existir, en la vida y donde existen algunos que deciden que la vida no tiene
sentido, no para ellos, sino para quitársela a los demás. En una semana en
donde en muchos lugares suceden acontecimientos en los que falta el diálogo en
una semana donde hemos celebrado la jornada de la narración oral, de los cuenta
cuentos, de los que narran historias de la vida en la vida a los que estamos
vivos y para la vida... justo en una semana donde algunos la quitan.
También en esta semana, en
el centro teológico, se ha hablado de educación. De lo que no tienen los padres
del partido de fútbol de Mallorca, de lo que no tienen los que se pelean en la
calle, de lo que no tienen los que atentaron en Londres. Que bueno es mejorar
lo que en teoría tenemos y que en la práctica no demostramos.
Esta semana el evangelio nos
habla de un ciego: ¡uff' cuántos ciegos no físicos hay en la vida!. Creo que
hay los que no ven y los que no quieren ver. Los que pasan de largo por los
caminos de la vida; por los que no somos capaces de vez en cuando de pasar por
la piscina a lavarnos porque quizás tengamos el ego demasiado subido como para
reconocer que nos equivocamos. Pues parece que no, pero va a ser que sí nos
equivocamos, que no somos los perfectos, que no somos - quizás - el ejemplo de
nada, y sí los que tenemos que rectificar en lo mucho.
Los fariseos eran los que no
admitían correcciones porque se supone que todo lo que hacían lo hacían bien.
¡Cuántos ciegos, no físicos, hay de nacimiento; de esos que su destino quedará
marcado para toda la vida. Jesús, nada más que lo ve, lo mira de una manera
diferente, ve que es diferente como persona a los que lo juzgan sin conocerlo.
Jesús se siente llamado a acoger y curar precisamente a los que viven excluidos
y humillados. ¡Cómo va a ser curado en sábado, si la ley no lo permite!.
Los excluidos, los
humillados, los que saltan la valla en Melilla, los que van a los comedores
sociales, los que no llegan a fin de mes porque su sueldo no les da para ello,
los que tienen bocas que alimentar y más de una, son como el ciego, los que
saben reconocer a Jesús, que sin verlo, lo huelen, los sienten, lo oyen....
" ten compasión de mí"
Jesús es así. El viene
siempre al encuentro de aquellos que la religión a veces, por un motivo o por
otro, les dice que no. Jesús no abandona a los que
lo buscan y lo aman aunque
sean excluidos de ciertos lugares, a veces religiosos. Seguro que los que
oficialmente no tienen sitio en nuestras comunidades, tienen sitio en el
corazón de Dios.
Abramos los brazos, pero
sobre todo el corazón a los que se acercan a nuestras celebraciones a
escondidas por miedo a ser reconocidos, que a lo mejor no pueden comulgar en
paz en nuestras eucaristías o que no se sienten acogidos entre nosotros. Parece
que no, pero va a ser que sí, que Jesús los acoge en su corazón, incluso para
los que somos gentuza, según algunos.
Feliz cuaresma para todos
Hasta la próxima
Paco Mira
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