Yo
creo que el Sr. Rajoy, cuando convocó las elecciones generales no
cayó en la cuenta que el día 20 era el último domingo de adviento.
No cayó en la cuenta y lo más probable es que tampoco tenía por
qué hacerlo. Pero no sé si será curioso el saber que la esperanza
se acaba porque la realidad se acerca. El adviento se acaba, porque
la realidad de la Navidad la tenemos a la vuelta de la esquina.
Es la hora de pensar si lo que prometí es lo que voy a cumplir, no solo quien convoca las elecciones, sino todos los que concurren a las mismas. A veces pensamos más en criticar al que está que en dar soluciones para hacerlo mejor, si se puede.
Es la hora de pensar si lo que prometí es lo que voy a cumplir, no solo quien convoca las elecciones, sino todos los que concurren a las mismas. A veces pensamos más en criticar al que está que en dar soluciones para hacerlo mejor, si se puede.
En
medio de todo esto, un personaje del adviento. Un personaje de
esperanza que ha luchado contra toda esperanza porque no daba crédito
a lo que el ángel le había dicho: María. María que va a visitar a
su prima. Dos mujeres que dan a luz y que en el fondo no entienden lo
que se les avecina, ni por qué a ellas, pero que asumen, aceptan,
acatan... un mensaje que no todo el mundo es capaz de entender.
¿Por
qué preguntar, si lo que se nos ofrece merece la pena?. A veces en
la vida damos vueltas y vueltas, cual rumiante con la comida en vez
de saborear los manjares de la vida. En nuestra vida de Iglesia a
veces damos vueltas y vueltas antes de actuar cuando la decisión
tiene que ser inminente. María es que no se lo pensó dos veces, es
que no había que pensarlo... la ocasión merece la pena, ánimo,
adelante... el proyecto deja de ser esperanza y se convierte en
realidad.
Es
curioso como las buenas noticias no se callan. Las buenas noticias no
quedan en el vientre por los siglos de los siglos. Las buenas
noticias se comparten, se paren. se iluminan. Por eso María va de
prisa, corriendo a la
montaña. El mensaje de Jesús, ya desde el
vientre materno, es un mensaje de encuentro. Nosotros estamos en un
mundo en el que este no viene a nosotros, nosotros tenemos que ir al
encuentro, como María, de él. Un encuentro de alegría, de gozo, de
ilusión, de ganas, de entusiasmo .... Dice el texto que en cuanto
supo del saludo, la criatura saltó de gozo.
Quizás
es hora de preguntarnos si nuestros encuentros lo son de ganas de
ilusión de entusiasmo, o por el contrario en nosotros no salta nada
ni nadie porque no irradiamos lo que nos une. Es curioso como Isabel,
dice el texto, responde a voz en grito. ¡que pena me da cuando en
nuestras celebraciones, en nuestros testimonios nadie salta de
alegría porque no insuflamos precisamente alegría!.
Debemos
abrir las puertas de nuestra casa. Dejemos que María entre en ella.
Dejemos que quien lleva al salvador dentro de sí, también nos
visite, nos ayude a desvelar los secretos de su gran fe y amor. No
siempre estamos dispuestos a ello y ella es lo que quiere hacer con
nosotros. María hizo lo que dice la carta a los Hebreos, aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Preguntemos y tomemos como
ejemplo a María para hacer la voluntad de Jesús. Un niño al que le
queda muy poquito para nacer, pero que lo hará con ejemplo de
humildad, sencillez, alegría, bondad....
Ojalá
que nosotros, cuando nos visite la madre de Jesús, también saltemos
de gozo y alegría, porque el Señor viene.
Desde
aquí mi recuerdo y mi abrazo desde el cariño a Suso Vega
Ufff. Se lo vengo diciendo: cada vez veo más cerca Belén, ¿ustedes?
Hasta
la próxima
Paco
Mira
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