Hay personas que dejan siempre para mañana lo que pueden hacer hoy. Exactamente lo contrario de lo que dice el refrán: “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Son personas que están muy seguras de que van a disponer de mañana para reconciliarse con su hermano, visitar a aquel amigo enfermo, devolver lo que robaron, dejar de beber, comenzar a ser honestos en el trabajo o comenzar a preocuparse de sus hijos. Se olvidan de que el mañana es aquello de lo que ciertamente no estamos seguros. Lo que tenemos como seguro es el ahora, el presente. Nada más. ¿Hay alguien que sepa con seguridad que mañana va a estar vivo? ¿No será mejor comenzar a hacer hoy todas esas cosas? Así, en caso de que no dispongamos de mañana, al menos habremos comenzado a reconciliarnos, a vivir una vida más feliz, a amar más a los que viven con nosotros, a ser más honrados. Al menos, le podremos decir al Señor que quizá no terminamos de hacer todo lo que teníamos que hacer pero no fue porque no empezásemos sino porque nos faltó tiempo.
Eso es lo que nos pide Jesús: que estemos atentos, despiertos a nuestra vida, que hagamos lo que tenemos que hacer para que cuando llegue el momento de dar cuentas no nos encontremos sin aceite en las lámparas y con las manos vacías.
FELIZ DOMINGO DÍA DEL SEÑOR.
UNIDOS EN LA ORACIÓN. SAMUEL

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.