viernes, 21 de febrero de 2020

LA LISTA EN LA PUERTA DE LA NEVERA

LA LISTA EN LA PUERTA DE LA NEVERA 
Carta
A veces, el que se ponga de moda ciertas cosas, no es malo. De un tiempo a esta parte nos hemos acostumbrado a poner en la puerta de la nevera aquellas cosas que tenemos que hacer con más urgencia o incluso para que no se nos olviden ciertas recados o mandados que tenemos que hacer. No es extraño ver las citas médicas más próximas en la puerta de la nevera para que la memoria no nos falle; no es extraño poner los cumpleaños o días más próximos en la puerta de la nevera para que podamos cumplir con los más cercanos y quedar bien; no es extraño ver en la puerta de la nevera la lista de la compra para que no se nos quede nada atrás. Así podríamos continuar. Incluso se inventaron los imanes de las puertas de la nevera para ayudar a ello. 
Una vez visto el evangelio y las lecturas de este fin de semana, me da la impresión que podemos caer y caemos en la trampa de colocar en la puerta de nuestro corazón una lista llena de facturas en las que se detallan las heridas que hemos recibido y que, tarde o temprano,  se quieren cobrar. la lista de cuentas por cobrar, por pequeña que sea, tiene una capacidad enorme de obstruir los cauces de la felicidad y del amor y hace lentos y torpes los pasos hacia la convivencia armónica con los demás, con Dios y con la propia creación. El ojo por ojo y el diente por diente de ayer, por desgracia, se sigue viviendo.
Cuantas veces hemos pensado que "la ley favorece al delincuente", hace que algunas personas, desengañadas con la justicia que parece no tener recursos suficientes para actuar en defensa de las víctimas, o al menos para darles una adecuada compensación, se tomen la justicia por su mano.
Por eso no es de extrañar que algunos, al escuchar las palabras de Jesús en el evangelio, las reciban como algo imposible de cumplir y que, incluso, va contra la razón humana. Se entienden mejor las referencias al Antiguo Testamento : ojo
por ojo y diente por diente"; "amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo". Eso sí es comúnmente aceptado.
Pero el camino de Jesús, el camino que Él  mismo recorrió y que lleva a la salvación y a la vida, el camino por el que él nos invita a seguirle... es el camino que comúnmente no es aceptado, es un camino que se sale de lo común. 
Por eso si queremos ser de verdad, seguidores de ese Jesús de Nazaret, hemos de salirnos de lo común. Nos invita a romper con la lista de facturas rencorosas que pagamos y ponemos en la puerta de la nevera y a abrirnos a la alegría del perdón. El perdón, ilimitado y desmesurado, es capaz de rehacer los corazones y sanar las heridas que impiden tener las fuerzas necesarias para tender puentes de reconciliación. En la puerta de nuestra nevera, la del corazón, tiene que haber un cartel grande y a color que ponga." Vuelvan a empezar... dense una nueva oportunidad"... y a ello, a la felicidad, no se puede negar nadie.
¡ Que bueno sería que la alegría del perdón llegara a los lugares donde los humanos tejemos las relaciones de convivencia y dejásemos atrás tantas listas de neveras con facturas de reproches en el rincón del olvido!.
Vamos a comenzar la cuaresma. Nos van a recordar hasta la saciedad que tenemos que convertirnos y creer en ese Jesús de Nazaret que no es rencoroso, ni tiene nevera, ni pega lista de nada en ella. Ojalá que desterremos el ojo por ojo y pongamos en la puerta del corazón el amor a los enemigos como nos gustarían que nos amaran.
Hasta la próxima
Paco Mira

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