CON MOTIVO DEL DÍA DE LA SAGRADA FAMILIA LA HOAC NOS HACE LLEGAR ESTE COMUNICADO
¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de amor, de ternura!
Y esta revolución comienza en el corazón de la familia.
(Papa Francisco, julio 2018)
Día de la Sagrada Familia, 30 de diciembre de 2018, celebramos la encarnación de Jesús que hace más de dos mil años nació en una familia concreta y en un pueblo concreto.
En este gesto se hizo uno de los nuestros, uno más en medio de los más empobrecidos, y en esta entrega derramó y sigue derramando su amor humanizador al mundo y nos convierte en hermanos y hermanas, miembros de la gran familia que Dios sueña.
Durante este año hemos escuchado decir al Papa Francisco que las familias “son la esperanza de la Iglesia y del mundo”. Y que “Dios quiere que cada familia sea un faro que irradie la alegría de su amor en el mundo, para que intentemos manifestarlo a través de pequeños gestos de bondad, en la rutina cotidiana y, en los momentos más sencillos del día”.
Todos nacemos y formamos parte de una gran cadena de familias, que “podemos ayudar a Dios a realizar su sueño, la Utopía de la Unidad, para que el mundo entero viva como una gran familia”, construyendo su proyecto humanizador en paz.
También nos ha dicho que como tal las familias están llamadas a continuar creciendo y avanzando en todos los ámbitos, aún en medio de dificultades y limitaciones, tal como lo han hecho las generaciones pasadas, en la búsqueda y construcción de un mundo más justo y humano.
En la H.O.A.C. (Hermandad Obrera de Acción Católica), desde la comunión de nuestros bienes, vida y acción, entendemos y vivimos la familia en toda su diversidad, como la célula básica de la sociedad, que genera pequeños gestos de amor y ternura que pueden llegar a ser una revolución que salve al mundo.
La sociedad, formada por las familias, genera paz, transmite y enseña el amor, la aceptación y el perdón, que son los mejores antídotos contra el odio, los prejuicios y la venganza que envenenan la vida de las personas y las comunidades.
Por ello queremos reivindicar un trabajo decente y unas condiciones de vida dignas:
- Que posibiliten el desarrollo de todos los miembros de las familias, y que permita también el desarrollo de todas sus funciones en todos los ámbitos: social, laboral, político, cultural y eclesial.
- Que cuide y ponga en valor la familia como primer ámbito donde nos desarrollamos como personas, aprendemos a ser acogedores y solidarios con todos aquellos que tienen necesidad, a acompañar en las diversas situaciones que padecen,
Y proponemos cambios que transformen las instituciones para que estén al servicio de las personas y la construcción de un mundo mejor y más fraterno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.