UN EXTRAÑO
“Señor,
hoy pude verme reflejado en los ojos de mis hermanos,
y
sentí angustia.
Mis
ojos miraban con temor y desolación, y no veían.
Mis
manos pedían, señalaban y exigían, y no daban.
Mis
labios hablaban con ira y soberbia, y no consolaban.
Mis
oídos escuchaban mis propias palabras, y no oían.
Mi
corazón latía frenético y duro, y no amaba.
Mis
pies se movían pisando caídos, y no avanzaban.
Mis
dones se ponían a mis órdenes, y no servían.
Señor,
hoy pude verme reflejado en los ojos de mis hermanos,
y
sentí angustia.
Señor,
en mi angustia experimenté tu presencia y quiero cambiar.
Señor,
que tu Amor me transforme.
Señor,
que has dejado a tu Espíritu en mi corazón, haz que nazca. Lléname.
Ocupa
Tú el lugar entre mi piel y mi cuerpo, y sé Tú.
Señor,
hazme un extraño en mi vida.
Ocúpame
y mira a través de mis ojos, para que pueda ver.
Lléname
y utiliza el movimiento de mis manos, para que pueda dar.
Tómame
y pon tu Palabra en mis labios, para que sepa consolar.
Cámbiame
y usa el canal de mis oídos, para que pueda escuchar.
Inúndame
y pon tu Amor en mi corazón, para que pueda amar.
Complétame
y lleva mis pies por tu camino, para que pueda avanzar.
Anúlame
y hazte Señor de mis dones, para que pueda servir.
Ven
Señor Jesús, y sé Tú ante mis hermanos, para que sea yo en Ti”.
(Anónimo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.