Virgen Inmaculada, Madre del
Adviento,
enséñanos a esperar
con corazón limpio y sereno,
obediente y sensible,
comprometido y atento.
Virgen Inmaculada, Madre del
Adviento
danos tu confianza
para vencer nuestros miedos,
sabiendo que Dios es siempre
nuestro apoyo y consuelo.
Virgen Inmaculada, madre del
Adviento,
danos tu sencillez y tu profundo
silencio
para escuchar la voz de Dios
que resuena en nuestro adentro.
Virgen Inmaculada, Madre del
Adviento,
revestida de gracia,
habitada por el Misterio,
ayúdanos a entregarnos
aunque a veces no entendemos;
tú nos recuerdas que sólo la
donación
nos conduce a lo más noble y verdadero.
Virgen Inmaculada, Madre del Adviento
enséñanos a vivir
con tu mismo fundamento,
teniendo a Dios siempre presente,
como guía y como centro.
Llévanos hasta Jesús
en fecundo encuentro
para hacer de nuestra vida
un continuo seguimiento.
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