Se
estaba celebrando el cumpleaños de un amigo. Y alguien muy cercano comentó que
no solamente deben recibir regalos y felicitaciones quienes están
cumpliendo años sino también sus amigos. Y no hablaba de regalos materiales. Hay que saber querer,
decía Jorge, y dejarse querer, que no siempre es tan fácil. Porque
lo correcto no es rechazar una palabra cariñosa, un halago, una
felicitación por el trabajo que se
realiza o por los valores que se han cultivado.
Hay personas e instituciones que tienen
un expediente limpio, haciendo siempre el bien. y sin embargo se sienten
incómodas cuando se habla bien de ellas.
No es lógico.
No
sé si saben que en este 2015 estamos celebrando un cumpleaños muy
significativo. Los 60 años de Cáritas
Diocesana. 60 años dedicados a querer a la gente. Cáritas se ha significado por la claridad de
su mensaje y su trabajo. Siempre al lado de los empobrecidos. Y no solamente
para compartir alimentos sino para trabajar por sus derechos y denunciar la
injusta situación que sigue viviendo mucha gente. Es alarmante que, en nuestra provincia de Las Palmas, Caritas haya tenido que atender el año
pasado a casi catorce mil familias
necesitadas. Y es muy gratificante que
esta institución eclesial cuente con más de mil doscientos voluntarios que están repartidos por todos
los pueblos y ciudades de nuestras islas.
Alegra
mucho que una institución con 60 años de vida esté tan joven, tan activa, tan
renovada y tan sin arrugas. Eso no se
consigue fácilmente. El secreto está en la actitud de apertura y
renovación constante.
Cáritas ha trabajado sesenta
años adaptándose a cada momento y a cada
situación. Con la mirada puesta en el
hoy y también en el mañana. Sin andar con nostalgias de otras épocas. Fátima Díaz,
la secretaria general de Cáritas, lo explicaba bellamente citando la
canción de Silvio Rodríguez titulada Fábula de los tres hermanos:
De
tres hermanos, el más grande se fue por la vereda a descubrir y a fundar. Y
para no equivocarse o errar iba despierto y bien atento a cuanto iba a pisar… Y
se hizo viejo queriendo ir lejos con su corta visión. De tres hermanos, el del medio se fue por la vereda a descubrir
y a fundar. Y para nunca equivocarse o errar, iba despierto y bien atento al
horizonte igual. Pero este chico listo no podía ver la piedra, el hoyo que vencía a su pie. Y se hizo viejo
queriendo ir lejos a donde no llegó. De
tres hermanos, el pequeño partió por la vereda
a descubrir y a fundar. Y para nunca equivocarse o errar una pupila
llevaba arriba y la otra en el andar…ojo
en el camino y ojo en lo por venir…
La
perfección, mientras vamos por las veredas de este mundo, no la va a encontrar
nadie. Cáritas ha estado atenta, un ojo
en la realidad y otro mirando al horizonte. Se ha equivocado muchas veces,
seguro. Pero ha rectificado otras tantas. Así, 60 años. Así, escuchando,
apoyando y animando a los más desfavorecidos de nuestra tierra. 60 años de
servicio generoso a la comunidad. Sin embargo
domingo, día de Corpus, en los templos y
en las calles de nuestros
pueblos y ciudades, no se va a hablar de Cáritas. Se va a hablar de las
familias que siguen viviendo una situación totalmente injusta y triste. Se
harán alfombras de flores o de sal como homenaje artístico a Jesús. Para recordarnos que Él se hizo Pan y se hizo
Pobre. Y hay que ponerle una alfombra de cariño y respeto. Y que lo podemos
encontrar cuando vamos a la iglesia y del mismo modo en estos espacios donde es
atendido todo aquel que pasa hambre, que
está enfermo, que no tiene trabajo, que está sufriendo las consecuencias de la
crisis y de las injusticias de otros.
Amigos
de Cáritas, voluntarios y trabajadores. Gracias por estos 60 años queriendo a
la gente. Nuestra gratitud y nuestro apoyo. También ustedes merecen ser
queridos. Déjense querer. Que lo de ustedes no es una fábula. Y queriendo ir
lejos…no se han hecho viejos. Son más jóvenes que hace 60 años.
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