Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico
Hijo
mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre
generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de
Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los
humildes. No corras a curar la herida del cínico, pues no tiene cura, es brote
de mala planta. El sabio aprecia las sentencias de los sabios, el oído atento a
la sabiduría se alegrará.
Palabra
de Dios
Salmo Sal 67
R/.
Preparaste, oh Dios, casa para los pobres
Los
justos se alegran,
gozan
en la presencia de Dios,
rebosando
de alegría.
Cantad
a Dios, tocad en su honor;
su
nombre es el Señor. R/.
Padre
de huérfanos, protector de viudas,
Dios
vive en su santa morada.
Dios
prepara casa a los desvalidos,
libera
a los cautivos y los enriquece. R/.
Derramaste
en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa,
aliviaste
la tierra extenuada;
y
tu rebaño habitó en la tierra
que
tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos
Vosotros
no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos
nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz
que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Vosotros os habéis
acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a
millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en
el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su
destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús.
Palabra
de Dios
Evangelio
Evangelio según san Lucas
Un
sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y
ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros
puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te
sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más
categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá:
"Cédele el puesto a éste." Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último
puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para
que, cuando venga el que te convidó, te diga: "Amigo, sube más
arriba." Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo
el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
Y
dijo al que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a
tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos;
porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete,
invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden
pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»
Palabra
del Señor
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