viernes, 26 de agosto de 2016

UFF. OJO CON LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA: HUMILDAD SE ESCRIBE CON " H "

 carta

UFF. OJO CON LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA: HUMILDAD SE ESCRIBE CON " H "

Si nos damos cuenta, la vida es como un libro. " Es como ", no. Es un libro, en el que vamos escribiendo cada día que nos levantamos y nos acostamos. Cada uno va escribiendo su propio libro, hecho por él, animado por los que le rodean, condicionado por lo que le va sucediendo en la vida de cada día, con sus alegrías y sus penas, con sus lágrimas y sus sonrisas, con sus achaques y sus largas caminatas que nos hacen contemplar puestas de sol y amaneceres maravillosos. Aunque nos cueste, ¡que bello es ese libro!.

Pero vivimos en una sociedad y como tal, el libro no es individual, aunque aparezca nuestro nombre, sino que es un libro en el que compartimos un montón de cosas. Un libro que desde pequeñitos nos enseñan a leer y a escribir y a escribir procurando no tener faltas de ortografía. Cada falta de ortografía no deja de ser un borrón en la escritura y lo más probable que algún daño haga.

Este fin de semana, Jesús nos enseña una palabra y nos enseña cómo se escribe (Lc , 14,1), y además es una palabra que la solemos emplear con mucha frecuencia: Humildad. Una palabra que hay que aplicarla al libro de nuestra vida diaria. Aplicarla en nuestras comunidades parroquiales: en los grupos de catequistas: ¡cuántos hay que no dejan hueco a las nuevas generaciones!, ¡cuántos hay que siempre escogen a los niños, procurando que sean los mejores!. Aplicarla a los grupos de liturgia: hay gente que siempre quiere leer, gente que siempre tiene que llevar las ofrendas.... y se olvidan que "cuando te inviten a una boda, no te sientes en el asiento principal". Aplicarla a nuestros pastores, que sepan reconocer los errores, que sepan admitir que se equivocan y sobre todo que el ser cura no es síntoma de verdad absoluta. Aplicarla a nuestros dirigentes religiosos, Obispos, cardenales.... que la sencillez de palabra y de obra, que los gestos diarios, son símbolos de una buena escritura de la palabra humildad. Creo que el Papa Francisco la aprendió y la está enseñando.

Me gustaría que la palabra también la escribieran nuestros políticos con h, con corrección. Cuando hace dos años Aylan era recogido de una playa sin vida; cuando el otro día un niño con la cara ensangrentada esperaba en una ambulancia...; cuando la gente sigue saltando la valla en Melilla; cuando sigue habiendo colas en los comedores sociales; cuando caritas cada día atiende a más personas, cuando hay gente que no está llegando a fin de mes.... me he dado cuenta que no estamos escribiendo bien, que cometemos un montón de faltas de ortografía y entre ellas, la palabra humildad.

Estoy por asegurar que si siguiéramos los consejos que Jesús propone en el evangelio de este domingo, estaríamos escribiendo en condiciones la

escritura de la vida. A veces pensamos que el cristianismo es una religión de super-héroes y es todo lo contrario: es una religión de gente sencilla, que tiene que procurar no sentarse en los primeros bancos, que tiene que cuando se hace algo por convencimiento no hay que llamar a la prensa para que lo publique.

Si nos damos cuenta, ¡ qué dificil es ser sencillos, mansos y humildes de corazón!. ¡Qué difícil es renunciar a los premios que nos dan en favor de otros!. Esta semana estaba en La Palma y en un sorteo uno de los que iba con nosotros le tocaron - casualidades - dos premios en dos números diferentes. Palabras del amigo: "que vuelvan a sortear para que le toque a otro porque yo ya tengo un premio".

¿Cómo escribimos nosotros la palabra humildad?

Hasta la próxima


Paco Mira

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