UFF.
OJO CON LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA: HUMILDAD SE ESCRIBE CON " H "
Si
nos damos cuenta, la vida es como un libro. " Es como ", no. Es un
libro, en el que vamos escribiendo cada día que nos levantamos y nos acostamos.
Cada uno va escribiendo su propio libro, hecho por él, animado por los que le
rodean, condicionado por lo que le va sucediendo en la vida de cada día, con
sus alegrías y sus penas, con sus lágrimas y sus sonrisas, con sus achaques y
sus largas caminatas que nos hacen contemplar puestas de sol y amaneceres
maravillosos. Aunque nos cueste, ¡que bello es ese libro!.
Pero
vivimos en una sociedad y como tal, el libro no es individual, aunque aparezca
nuestro nombre, sino que es un libro en el que compartimos un montón de cosas.
Un libro que desde pequeñitos nos enseñan a leer y a escribir y a escribir
procurando no tener faltas de ortografía. Cada falta de ortografía no deja de
ser un borrón en la escritura y lo más probable que algún daño haga.
Este
fin de semana, Jesús nos enseña una palabra y nos enseña cómo se escribe (Lc ,
14,1), y además es una palabra que la solemos emplear con mucha frecuencia:
Humildad. Una palabra que hay que aplicarla al libro de nuestra vida diaria.
Aplicarla en nuestras comunidades parroquiales: en los grupos de catequistas:
¡cuántos hay que no dejan hueco a las nuevas generaciones!, ¡cuántos hay que
siempre escogen a los niños, procurando que sean los mejores!. Aplicarla a los
grupos de liturgia: hay gente que siempre quiere leer, gente que siempre tiene
que llevar las ofrendas.... y se olvidan que "cuando te inviten a una
boda, no te sientes en el asiento principal". Aplicarla a nuestros
pastores, que sepan reconocer los errores, que sepan admitir que se equivocan y
sobre todo que el ser cura no es síntoma de verdad absoluta. Aplicarla a
nuestros dirigentes religiosos, Obispos, cardenales.... que la sencillez de
palabra y de obra, que los gestos diarios, son símbolos de una buena escritura
de la palabra humildad. Creo que el Papa Francisco la aprendió y la está
enseñando.
Me
gustaría que la palabra también la escribieran nuestros políticos con h, con
corrección. Cuando hace dos años Aylan era recogido de una playa sin vida;
cuando el otro día un niño con la cara ensangrentada esperaba en una
ambulancia...; cuando la gente sigue saltando la valla en Melilla; cuando sigue
habiendo colas en los comedores sociales; cuando caritas cada día atiende a más
personas, cuando hay gente que no está llegando a fin de mes.... me he dado
cuenta que no estamos escribiendo bien, que cometemos un montón de faltas de
ortografía y entre ellas, la palabra humildad.
Estoy
por asegurar que si siguiéramos los consejos que Jesús propone en el evangelio
de este domingo, estaríamos escribiendo en condiciones la
escritura
de la vida. A veces pensamos que el cristianismo es una religión de
super-héroes y es todo lo contrario: es una religión de gente sencilla, que
tiene que procurar no sentarse en los primeros bancos, que tiene que cuando se
hace algo por convencimiento no hay que llamar a la prensa para que lo
publique.
Si
nos damos cuenta, ¡ qué dificil es ser sencillos, mansos y humildes de
corazón!. ¡Qué difícil es renunciar a los premios que nos dan en favor de
otros!. Esta semana estaba en La Palma y en un sorteo uno de los que iba con
nosotros le tocaron - casualidades - dos premios en dos números diferentes. Palabras
del amigo: "que vuelvan a sortear para que le toque a otro porque yo ya
tengo un premio".
¿Cómo
escribimos nosotros la palabra humildad?
Hasta
la próxima
Paco
Mira
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