Primera lectura
Lectura del libro
del Deuteronomio (8,2-3.14b-16a):
Salmo
Sal 147,12-13.14-15.19-20
R/. Glorifica al Señor,
Jerusalén
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos
de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos
dentro de ti. R/.
Ha puesto paz en tus
fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la
tierra,
y su palabra corre veloz. R/.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a
Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/
Segunda lectura
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,16-17):
Evangelio del
domingo
Lectura del santo
evangelio según san Juan (6,51-58):
Disputaban los judíos entre
sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo: «Os
aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no
tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida
eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi
sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí
y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo
modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no
como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan
vivirá para siempre.»
Palabra del Señor


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