El Papa Francisco propone unas sencillas acciones para cuidar esta Cuaresma y algo más nuestra convivencia...
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Saluda (siempre y en todo lugar)
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Dar las gracias (aunque no "debas" hacerlo)
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Recordarle a los demás cuánto los amas.
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Saludar con alegría a esas personas que ves a diario
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Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor.
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Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita.
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Levantar los ánimos a alguien.
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Celebrar las cualidades o éxitos de otro.
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Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita.
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Ayudar cuando se necesite para que otro descanse.
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Corregir con amor, no callar por miedo.
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Tener buenos detalles con los que están cerca de ti.
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Limpiar lo que uso en casa.
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Ayudar a los demás a superar obstáculos.
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Llamar por teléfono a tus padres, si tienes la fortuna de tenerlos.
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Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas.
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Ayuna de descontentos y llénate de gratitud.
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Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y paciencia.
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Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo
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Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios.
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Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida.
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Ayuna de presiones y llénate de oración.
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Ayuna de tristezas y amarguras y llénate de alegría el corazón.
Ayuna
de egoísmo y llénate de compasión por los demás.
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Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación.
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Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a los otros.
Si
todos intentamos estos ayunos, lo cotidiano se llenará de
PAZ,
CONFIANZA, ALEGRÍA, Y VIDA.
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