sábado, 20 de octubre de 2018

¿DÓNDE ESTÁN LAS MISIONES?.¿CUÁL ES LA MISIÓN DE LOS LAICOS?

                                        CARTA

¿DÓNDE ESTÁN LAS MISIONES?.¿CUÁL ES LA MISIÓN DE LOS LAICOS?

Cuando uno, de pequeño, iba al colegio, todos los años llegaban al colegio unas cuantas huchas con un sello de plomo y la imagen de un negrito en uno de los laterales. Las huchas iban acompañadas de unas pegatinas. La intención era clara: dos compañeros de clase y quedar un fin de semana para intentar llenar la hucha. ¡Eran otros tiempos!. Probablemente hoy, desgraciadamente, la hucha no llegaría al día que se nos marcaban para entregarla, pero en aquellos tiempos llegaban todas las huchas: más o menos llenas, pero llegaban.
Cada vez que van pasando los años, me pregunto, ¿cuál es la tierra de misión?. Creo que la imagen del negrito hambriento, famélico, falto de instalaciones, sin agua, sin luz, sus padres sin trabajo, la tierra reseca por la falta de riego y lluvia.....¿es muy diferente a situaciones en Canarias o en nuestro país llamado España?. No hace mucho, en un periódico de aquí, decía que estábamos, solo en Canarias, en 217.000 pobres severos.
En Canarias, ante la falta de curas, estamos llegando a ser tierra de misión. No somos negritos, pero de tez morena y cuarteada - en muchos casos - por el implacable rey sol. Y en medio de todo ello, nuestra Diócesis nos reta con el nuevo plan de pastoral: "laicos para la misión", pero en nuestra iglesia universal, y en particular en nuestra iglesia diocesana, "¿qué misión tenemos los laicos?". No me gustaría que ahora, que estamos en época de sequía vocacional, se recurriera a los laicos, cuando en la época de abundancia no se les tuvo demasiado en cuenta.
Hay infinidad de laicos con una preparación exquisita que pueden ser diáconos permanentes, responsables de secretariados, estar al frente de comisiones de ministerios.... pero no recurramos a ellos ahora porque no tenemos otra cosa. Valoremos lo que tenemos para no perder lo bueno. No echemos la mirada atrás si no es para valorar lo grandioso de los valores, de los recursos, .... que la gente, no solo de buena voluntad, sino también de formación nos ofrecen.
La misión probablemente ya esté en casa, en nuestra Diócesis. Probablemente no haya que salir muy lejos para evangelizar a un mundo que cada vez se ha alejado más de lo esencial y entre otras cosas porque probablemente pensamos, los que nos damos golpes de pecho, que esto nunca se iba a acabar.
La hucha sigue haciendo falta, pero sin duda el testimonio creíble es la mejor medicina para los males que nos acechan. No desestimemos a los que deciden la evangelización a miles de kilómetros de sus casas, pero tampoco desdeñemos a tantos y tantos seglares que llaman a la puerta y quieren tener su propio Domund pero en el lugar en el que viven con la sensación de pleno
de derecho de ayudar en una Diócesis que les abre la mano, les protege y les ayuda.
Laicos para la misión, gente que lucha y comparte la alegría del evangelio. Laicos para la misión, gente que no hace como en el evangelio de esta semana donde se pelean por estar a la derecha o a la izquierda, sino que Jesús sigue siendo el centro de sus vidas y con él y por él dan su tiempo, sus ganas, sus ilusiones, también sus fracasos. Apoyemos el Domud, cerca o lejos, apoyemos a los laicos, de dentro y de lejos, pero apoyémosles.
La misión de los laicos ha de ser de servicio, entre otras cosas, de la reconciliación. El mundo, nuestro entorno, necesita ser reconciliado. Necesita puentes por donde transite la paz y el perdón. La Iglesia quiere vivir la causa de la paz. Seamos albañiles de la reconciliación con los hermanos, con Dios y con nosotros mismos.
Empiezan las fiestas de Vecindario. Viva la fiesta.

Hasta la próxima
Paco Mira

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