viernes, 20 de julio de 2018

POR FAVOR, ¿ESTÁ EL SR. CURA?. PUES NO. NO ESTÁ


 carta
Bueno creo que en más de una ocasión nos han preguntado por el cura. Probablemente en alguna ocasión más que ahora, pero ahora también nos siguen preguntando. A veces tenemos a algún cura hasta en la sopa y otras veces por más que lo buscamos no lo encontramos. Recuerdo que una vez a algún cura amigo le preguntaban o le decían ¡ es que nunca te encuentro en la casa parroquial o en la Iglesia" y él siempre respondía, " es que el evangelio está en la calle ". Probablemente en el medio está la virtud, pero ¿dónde está el término medio?
Muchas veces en nuestras parroquias, cuando no sale algo bien o de nuestro agrado casi siempre decimos "es que la culpa la tienen los curas", "son vagos y no tienen ganas de trabajar", a veces incluso decimos que "están anticuados". Probablemente, en muchos casos, estas afirmaciones pueden ser ciertas, pero en otros probablemente es porque la gente de un pueblo, de una ciudad quiere que el cura haga lo que esa gente quiere que haga y a veces el cura hace propuestas y los laicos, de los que tanto hablamos que tienen que involucrarse, no responden a la llamada del cura.
Este fin de semana, las lecturas nos hablan de ovejas dispersas y eludir responsabilidades es una manifestación propia del egoísmo. Acordémonos de aquella frase tan famosa, "¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?", le dice Caín a Dios cuando le pregunta por Abel. Preocuparse por uno mismo no debería significar despreocuparse de los demás.
El profeta Jeremías lanza un duro reproche a "los pastores que pastorean a mi pueblo", porque han hecho dejación de sus responsabilidades. Sin embargo las palabras de Jeremías son una advertencia y una llamada a la esperanza. Por medio de ellas Dios sigue recordándonos que somos responsables de los demás, no porque sean de nuestra propiedad, sino porque son nuestros hermanos. Una advertencia que debemos tener muy presente cuando tenemos personas a nuestro cargo (fieles, familiares, empleados, alumnos, enfermos...) pero también una llamada a la esperanza. Jesús es el modelo para asumir responsabilidades hacia los demás.
¡ Cuánto nos queda por trabajar!. Probablemente hay curas malos, pésimos, curas que no valen para la labor a la que están llamados desde su ministerio. Probablemente haya laicos que no deberían solicitar trabajar en favor de otros..... pero siempre hay un término medio. Me viene a la mente aquel ejemplo que alguien me decía siempre nos viene a la mente el avión que se cae, pero no los miles y miles que siguen volando y afortunadamente no les pasa nada.
Eso creo que es lo que nos pasa en esta bendita Iglesia, que es santa y pecadora porque está compuesta de personas en su fragilidad y debilidad, pero que lucha, combate, afronta realidades que muchas veces no le deberían de tocar; es verdad que hay pastores que olvidan a sus ovejas, es verdad que hay
pastores - como decía el Papa -que no huelen a oveja; es verdad que hay pastores a los que les tocamos en la puerta de su vivienda y nunca los encontramos... pero hay pastores que se rompen la cara por sus ovejas ( no hay que ir - ahora mismo - nada más que a Nicaragua), pastores que pagan con su sangre la defensa de su feligresía.
Me gustaría que los laicos, los que muchas veces reivindicamos puesto en la Iglesia, que también seamos capaces de rompernos y trabajar por nuestros compañeros. Busquemos puesto, pero que el puesto sea de servicio.

Hasta la próxima
Paco Mira

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