En aquel tiempo,
Jesús se acercó a un grupo de estudiantes y les dijo:
-Venid conmigo.
Os necesito para llevar el Evangelio a todos los pueblos.
Los jóvenes se
quedaron sorprendidos. Uno de ellos se atrevió a decir en nombre de todos:
-Señor, estamos
convencidos de que nuestra vida tiene sentido desde la llamada que nos haces,
pero en mala fecha nos la propones, porque estamos en Junio y ya sabes que
empiezan los exámenes.
Jesús se
entristeció. Después de un breve silencio les contó una parábola:
-" En una
pequeña aldea de leñadores había un árbol recio, grande y fuerte. Todo el mundo
decía que la calidad de su madera era inmejorable. Lo habían preparado durante
años para que alcanzara una cierta envergadura. Pronto sacarían de él gran cantidad
de madera, que exportarían a otros lugares durante largo tiempo. Este árbol de
excelente calidad iba a ser la fuente de la prosperidad de la aldea durante
años.
Un día de
tormenta un rayo alcanzó al recio árbol, partiéndolo en dos. El impacto hizo saltar
una chispa y la madera comenzó rápidamente a arder, consumiéndose en un
instante. Sin embargo, el viejo árbol que había al lado, al cual el pueblo
estaba dejando morir -pues la madera no era de calidad- resistió a las llamas
sin dificultad"
-¿Cuál creéis que
era el árbol de mejor calidad?- pregunto Jesús.
Los estudiantes
contestaron inmediatamente:
- El que no se
quemó.
Jesús añadió:
- En verdad, en
verdad os digo que se sabe de qué madera está hecho uno cuando el fuego está
cerca.- y prosiguió su camino.
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