¡Cuántas
personas hoy en día,
Señor
Jesús,
continúan
siguiendo el camino
que
comenzaron tus Apóstoles!
¡Cuántas
personas, hoy de nuevo,
van
dejando sus cosas, su tiempo…
por
seguir a Jesús!
Y
es así como los hay que son enviados
para
ser misioneros, para servir
a
parroquias, a escuelas
y
dispensarios… para mejorar el mundo
haciendo
presente a Jesús
y
al Evangelio.
Siendo
muchos no son tantos
como
el mundo necesita.
Por
eso no podemos olvidar
aquellas
palabras de Jesús:
“La
mies es mucha y los operarios pocos
pedid
al dueño de la mies que mande
operarios
a su mies”.
Ya
sé, Señor Jesús,
que
entre esos que lo dejan todo están los curas,
personas
consagradas, misioneros, laicos, etc.
Hoy
quiero resaltar también
a
algunos o tal vez a muchos seglares,
(depende
de los lugares) mayoritariamente suelen ser mujeres,
que
dejan muchas cosas para implicarse en asuntos de iglesia:
catequesis,
equipos de economía, consejo pastoral,
Cáritas,
visitadores de enfermos, educadores, lectores, limpieza, etc, etc
Estos
seglares dejan parte de su tiempo
y
de sus cosas para ofrecerlo
a
la comunidad, al mundo, a Dios.
Gracias,
Señor Jesús, a ellos
la
Iglesia se mantiene y tira adelante.
De
lo contrario
¡qué
crudo que lo tendríamos!
Son
ellos, Señor Jesús,
los
que ayudan y acompañan
a
los niños y jóvenes a conocer a Jesús
y
a vivir su compromiso cristiano.
Son
ellos los que visibilizan
la
acción caritativa de la Iglesia.
Son
ellos los que en el mundo
dan
testimonio de vida cristiana.
Son
ellos los que con su palabra
y
su ejemplo
dan
a conocer el mensaje de Jesús
y
la misma persona de Jesús.
Son
ellos los que trasforman nuestro mundo
poniendo
paz, justicia, fraternidad, etc.
Son
ellos los que con el cura llevan adelante la parroquia,
haciendo
que sea una comunidad con multitud de ministerios,
de
servicios.
Señor
Jesús
suscita
vocaciones
en
el interior de nuestras Comunidades Parroquiales
para
atender a niños,
jóvenes
y adultos,
para
acompañar a los enfermos
y
dinamizar nuestras Cáritas,
para
prestar mil servicios al mundo
desde
la Comunidad Parroquial.
Gracias,
Señor Jesús,
por
la generosidad de algunos o muchos seglares
que
permanentemente dejan muchas cosas
por
Ti y por el Evangelio y lo hacen
no
sólo de forma gratuita sino que son fieles,
permanecen
al paso de los años.
Ellos
son miembros vivos de la Iglesia.
Gracias,
Señor Jesús, por todos ellos
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