Señor:
enséñame a ver detrás de cada palabra, de cada hermano, alguien que se esconde, que posee la misma
profundidad o mayor que la mía, con sus sufrimientos y sus alegrías, alguien
que tiene vergüenza, a veces, de mostrarse tal cual es: que no le gusta mostrarse
ante los demás por timidez o
porque...quizá lo que mostró una vez fue lo mismo que nada.
Señor:
hazme descubrir detrás de cada rostro en el fondo de cada mirada, un hermano,
semejante a Ti y, al mismo tiempo, completamente distinto de todos los otros.
Quiero,
Señor, tratar a cada uno a su manera, como Tú lo hiciste con la Samaritana, con
Nicodemo, con Pedro... como lo haces conmigo.
Quiero
empezar hoy mismo a comprender a cada uno en su mundo, con sus ideales, con sus
virtudes y debilidades, también, ¿por qué no?... ¡con sus “manías”!
Ilumíname
también para comprender a los que me dirigen, a los que tienen autoridad sobre
mí.
Que
comprenda aquellos a quienes estoy sujeto, de quienes, en cierta medida,
dependo.
Ayúdame,
Señor, a ver a todos como Tú los ves, a valorarlos no sólo por su inteligencia,
su fortuna o sus talentos, sino por la capacidad de amor y entrega que hay en
ellos.
¡Que
en el “otro” te vea a Ti, Señor!
Señor,
que te vea detrás de cada rostro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.