Quiero
tocar tus manos y el costado
quiero
palpar, Jesús, tus cinco heridas.
Y
beber en tus fuentes escondidas
y
lavar en tu río mi pecado.
Quiero
estar y vivir siempre a tu lado,
meterme
en tus hogueras encendidas,
para
quemar allí mi vieja vida
y
quedar en ti mismo transformado.
Se
acabaron ya dudas y temores,
se
curaron antiguas añoranzas,
enciende
el amor nuevos resplandores.
La
Pascua resucita la esperanza.
Cesó
la noche. El sol de Cristo brilla.
La
fe ante las llagas se arrodilla.
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