Oración para este fin de semana.
Me hace falta mirar la vida con tus ojos, Señor, me hace mucha falta. Si me tomo en serio la vida en ocasiones lo paso mal y sufro. Si no quiero sufrir, intento mirar para otro lado, y no preocuparme tanto por las cosas. Reconozco que los medios para vivir entretenido y disfrutando son muchos y tentadores. Pero Tú pareces ofrecer una forma distinta de encarar la vida. Me quieres comprometido, pero a la vez alegre. Me quieres luchador, pero nunca derrotista. Para ello me invitas a mirar la vida con tus ojos.
María, Tu Madre, lo supo hacer, y también, aunque les costó más, José y Juan bautista.
Se trata de ver tu mano, silenciosa y continua, en el fondo de todas las cosas. El nerviosismo del momento no lo puede ver; el golpe recibido no lo percibe, los problemas que se acumulan no lo manifiestan, los ruidos externos e internos no lo detectan. Y, sin embargo, estás continuamente haciendo cosas grandes sin demasiado ruido.
Y no te cansas de hacerlo: rehaces lo que destruyo, limpias lo que mancho y reformas lo que estropeo.
Sales al encuentro de cada persona de forma misteriosa. Das razones que la mente no terminan de entender, enciendes hogueras que parecen extinguidas.
Todo lo haces paso a paso, a su tiempo y tu manera. No te dejas intimidar por mis prisas, y consideras necesario que me desahogue en lágrimas que echen fuera el dolor y la impotencia.
Y cuando menos lo espero, apareces, sencillo pero contundente. Y llegas con esa fragancia Tuya que pone alegría y gozo. Y alegras el corazón, y me haces mirar hacia adelante, y a gozar de la vida. Sabes hacer cosas grandes con signos pequeños.
Me hace falta mirar la vida con tus ojos, Señor, me hace mucha falta
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