No
suelo enfadarme con frecuencia. Suelo ser, o eso creo yo, una persona muy
tranquila. Sin embargo, hay cosas que me enervan y sobre todo me enerva más que
seamos cómplices de una realidad que solo sirve para salir en la foto. ¿Cuándo
los sindicatos salen a la calle para reivindicar lo necesario para aquellos que
no tienen lo más mínimo y son trabajadores que levantan el país porque son
considerados como la precaria clase media? Cuando este lunes pasado veía las
manifestaciones en la tv, pensaba en la hipocresía de los que allí estaban para
la foto y de los que desde el sillón de casa veíamos con cierta esperanza esa
caminata por las grandes avenidas de las ciudades. Me acordaba incluso de
alguno de los sindicatos que dicen defender al profesorado de religión y que en
el fondo no son todo lo que dicen ser, para desgracia del propio colectivo. El
sindicato está para defender los derechos contra quienes los vulneran, pero no
solo el 1 de mayo, sino los 364 días restantes. Y en eso, creo que están
fallando y mucho.
Frente
a eso, este fin de semana se nos ofrece una salida, un GPS, del que no tenemos
pérdida.Quiero creer que cuando vamos en grupo a algún sitio, de excursión, o a
una celebración, encuentro, compromiso social… y no hemos estado nunca allí,
normalmente recurrimos a alguna aplicación informática para ver la ruta. Pero
sabemos que estas aplicaciones tienen sus fallos, por lo que, aunque tengamos
este recurso, lo que nos da más seguridad es que alguien del grupo diga que
“sabe ir”. De este modo, nos va indicando la mejor ruta: qué obstáculos
tendremos que sortear, qué zonas peligrosas deberemos evitar, dónde tendremos
que ir más despacio y dónde podremos acelerar, dónde podremos parar y repostar,
los desvíos, salidas, etc. que hay que tomar para poder llegar al destino.
La
respuesta que le da a Tomás es muy lógica. Primero le dice: Señor, no sabemos
adónde vas. En teoría, más o menos todos tenemos una idea de a dónde nos
dirigimos y todos queremos llegar a esa meta, a ese encuentro con Él. Pero lo
que ya no tenemos tan claro es la ruta concreta a seguir, lo que nos vamos a
encontrar en las diferentes etapas de nuestra vida. Porque en el día a día nos
encontramos con obstáculos (personales, familiares, laborales…) que tenemos que
sortear; hay zonas peligrosas (tentaciones, actitudes, criterios, valores…)
que, si no las evitamos, nos van a apartar de nuestra ruta; hay épocas que
vamos demasiado acelerados, queremos abarcar mucho o hemos asumido demasiados
compromisos y nos sentimos dispersos… y tenemos que bajar el ritmo de nuestra
vida; otras veces nos hemos acomodado, hemos caído en la rutina, nos dejamos
llevar… y debemos espabilarnos; también en nuestro viaje necesitamos llenar
nuestro depósito, porque vemos que en nuestra vida familiar, espiritual, social…
nos falta impulso, una esperanza que nos motive; y también en nuestra vida
llegamos a encrucijadas, en las que tenemos que decidir entre varias opciones y
elegir una de ellas para continuar nuestro viaje, y no perdernos.
¡Qué
pena que no sepamos reconocer que Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida!
Vamos, a veces, por la vida dando bandazos sin saber cuál es la meta a la que
tenemos que llegar. Me gustaría que aquellos que nos representan tuvieran claro
el horizonte (sindicatos, personas allegadas, Iglesia santa y pecadora…) para
que no nos desviemos del Camino, de la Verdad y de la Vida.
FELIZ
PASCUA 2023
Paco
Mira
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