domingo, 24 de febrero de 2019

LAICOS PARA LA MISIÓN

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PROPUESTA DE REFLEXIÓN PARA EL ENCUENTRO DE APOSTOLADO SEGLAR

Nuestro PDP tiene un objetivo muy importante y muy claro: nuestra Iglesia diocesana tiene que vivir una profunda conversión pastoral. Como nos dice el Papa Francisco, no podemos seguir haciendo lo que estamos haciendo.

Con esta reflexión que vamos a iniciar hoy queremos darle más profundidad a esa conversión pastoral, con una mayor implicación de los laicos.

En la Pastoral que hacía nuestro Obispo en septiembre, al comienzo de este curso, nos decía una cosa muy interesante:

“El mundo que vemos y vivimos cada día no corresponde al mundo que salió de las manos de Dios. El hombre lo ha contaminado: ha contaminado el aire, la tierra y el mar, y ha contaminado sobre todo a sí mismo y la convivencia humana.
Pero aún así, Dios ama al mundo: es su obra, lo que el hombre ha recibido de sus manos, lo que el hombre ha estropeado con sus manos, lo que Dios quiere restaurar contando con las manos del
hombre.
Para eso ha entregado a su Hijo (tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único). Para eso envió a su Hijo, para que el mundo se salve por él.
Y la entrega y la misión continúan: el Hijo envía a los suyos, envía a su Iglesia.
En esa Iglesia todos somos llamados (común vocación) y todos somos enviados, y cada uno tiene un papel en la común misión de la Iglesia: restaurar, renovar el mundo.” 

En el fondo, esas palabras del Obispo son una actualización y concreción del Documento del Concilio: “Gaudium et Spes”:
“Es la persona humana la que hay que salvar. Es la sociedad humana lo que hay que renovar”(nº3)
Recordemos esas palabras con las que empieza el documento conciliar: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón… La Iglesia se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia” (G.S.1)

“Es, por consiguiente, el hombre; pero el hombre todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad” (nº3)
Este hombre y este mundo, esta sociedad, que a veces nos parece tan mala, Dios la ama.
El evangelio no dice “tanto amó Dios a la Iglesia que envió a su Hijo”. Dice “tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo”.
Y lo sigue amando. Nos sigue ofreciendo la posibilidad de ser mejores, de vivir mejores, de ser más felices y de ser laicos para la misión.

Iniciamos hoy, de cara al Encuentro de Apostolado Seglar que queremos tener en el mes junio de 2019, una reflexión sobre los desafíos más importantes que tiene nuestra Iglesia Diocesana de Canarias en estos momentos en todo lo referente al laicado.

Para ello utilizaremos desde ahora hasta mayo una metodología conocida por todos nosotros: la revisión de vida, con sus tres pasos fundamentales: VER – JUZGAR – ACTUAR
Con el VER tratamos de conocer la realidad, ver lo que hay.
Con el JUZGAR trataremos de ver esa realidad como la vería Jesús hoy, valorándola desde el Evangelio y la Doctrina de la Iglesia.
Con el ACTUAR intentaremos hacer propuestas de acciones pastorales concretas.
Desde hace tiempo se insiste en que la evangelización es la tarea principal de la Iglesia, es su identidad más profunda y su vocación principal (Pablo VI en la “Evangelii Nuntiandi”). La Iglesia existe para
evangelizar.

Y se entiende la Evangelización como:
• el anuncio de la salvación liberadora
• renovación de la humanidad
• evangelizar las culturas
• un mensaje que afecta a toda la vida
• un mensaje de liberación
• en conexión con la promoción humana
• anuncio de una visión evangélica del hombre que excluye la
violencia…

También hace tiempo que se ha planteado en la Iglesia la necesidad de una nueva Evangelización: Juan Pablo II, Benedicto XVI  y actualmente Francisco en la Evangelii Gaudium: la nueva evangelización para la transmisión de la fe, una Iglesia en salida, la conversión pastoral, tentaciones de los agentes pastorales, evangelización comunitaria, catequesis kerigmática, acompañamiento personal, motivaciones para un nuevo impulso misionero,…

Para llevar a cabo esta Evangelización, la Iglesia necesita laicos:
• maduros y responsables, con vocación misionera y en comunión, asumiendo cada uno sus responsabilidades en la vida y en la misión de la Iglesia.
• que sean testigos de la fe cristiana
• que unan la fe y la vida. Que hagan síntesis entre Evangelio y los deberes cotidianos.
• que abran las puertas a Cristo y ayuden a otros a que las abran.
• presentes en las periferias de nuestra sociedad y en tierras de misión.
• que asuman con alegría la responsabilidad especial que tienen como padres, educadores, personal del mundo sanitario, políticos, economistas, empresarios…

¿Añadirías otras características del laico que no se han dicho? En concreto, nuestra Iglesia de Canarias necesita laicos que afronten con valentía los siguientes retos....(ver documento haciendo clic)

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