Que España es un país de refranes, eso nadie lo duda. Que los refranes son de la sabiduría popular, pues tampoco y que los refranes nos sirven para dar a conocer, en un momento determinado, aquello que queremos expresar es evidente. Es más: creo que en alguna ocasión nos sacan de algún apuro.
Si "vuelve al burra al trigo" en el fondo no quiere más que decir y expresar la tozudez de un animal que destroza aquello que el dueño ha cuidado y mimado con esmero; la burra es un animal que no es fácil de educar, puesto que su voluntad no razonada le lleva a incumplir - lógicamente - con las normas del dueño.
No quiero comparar a Jesús de Nazaret con un burro, pero que es pesado sí. Que todo el día está diciendo lo que tenemos que hacer también. Que se harta de intentar reconducirnos por una senda que se me antoja nada fácil, también. Y esto viene a cuento porque una vez más, y van tres, nos vuelve a decir "Paz a ustedes", de ahí el que insista en algo que nosotros parece que no queremos que suceda.
A veces pedimos explicaciones de algo y, cuando nos las dan, no nos quedamos satisfechos, y seguimos pidiendo más datos, más aclaraciones... hasta que al final la persona a la que se lo estaos pidiendo, cierto hartazgo y desesperación, nos dice: "Pero ¿qué más quieres?". Ya nos ha dicho todo lo que nos tenía que decir si seguimos sin entenderlo, no es su responsabilidad, somos nosotros quienes debemos aceptar y entender lo que se nos ha dicho.
Cuantas veces, los propios agentes de pastoral, tenemos que dar razón de nuestra fe en la resurrección y no sabemos lo que es la resurrección: ilusión, como un fantasma, como si fuera de verdad, un mago..... y al final, después de celebrar tantas veces la pascua, no hemos hecho el "paso" de la realidad de nuestra fe.
El propio Jesús nos dice que metamos la mano en su costado, que toquemos sus heridas, que pasemos la mano por su rostro, que enjugamos las lágrimas que el dolor y el sufrimiento le producen, ¿sabemos reconocer a Jesús resucitado en personas de carne y hueso, de nuestro entorno, de nuestra familia, de nuestro trabajo ... que viven a Jesús como un verdadero resucitado?.
¡Y vuelta la burra al trigo!. Aquellos discípulos no le reconocían y por ello le ofrecían un pescado asado, pero casualidades de la vida nosotros, muchas veces, nos tranquilizamos la conciencia con una moneda para caritas en la cesta dominical, o al alcohólico: venga, va, cuando estés sereno hablamos...o en la viejilla que hasta la saciedad repite siempre la misma historia y no la cambia, o aquel discapacitado o, mejor, de capacidad diferente a la nuestra del que cruzamos la acera para que no nos de la vara, ¿sabemos reconocer a Jesús hasta en lo más ordinario de nuestra vida?
Que bonito es que nos sigan insistiendo en hacer aquello que debemos. No deberían de insistir, pero me alegra que Jesús nunca se canse de repetir una y otra vez que la Paz en medio de nosotros y "por su culpa" es posible, Que como nos recuerda Pedro en la primera lectura: Dios lo ha resucitado de entre los muertos y nosotros somos testigos. A veces, se lo digo de verdad, hasta lo dudo.
No desfallezcamos. Dios no tiene prisa y como nuestra burrita, seguirá insistiendo
FELIZ PASCUA
Hasta la próxima
Paco Mira
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