La celebración, en la que también se conmemora el Día de la
Caridad, coincide este año con la proclamación de Felipe VI
Después
de la Navidad y la Pascua, el Corpus Christi es la fiesta más solemne y popular
de la cristiandad. Toda la vida del cristiano gira en torno a la Eucaristía, ya
que, a través del misterio de la consagración del pan y del vino, Jesús se hace
presente en medio de la Iglesia. La fiesta del Corpus Christi, que este año
coincidirá con la coronación del Príncipe Felipe VI, está destinada justamente
a proclamar la fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
Esta
fiesta se comenzó a celebrar en Lieja (Bélgica) en 1246. Según cuenta la
historia, una religiosa cisterciense llamada Juliana de Mont Cornillón
(1193-1258) tuvo una visión que ella interpretó como la necesidad de instituir
una celebración a la presencia de Jesús en la Eucaristía. Juliana de Cornillón
o Juliana de Lieja, como también se la conoce, presentó una petición a las
autoridades eclesiásticas, hasta que en 1246 el obispo de Lieja, Roberto de
Theorette, ordenó que se celebrara al año siguiente. El obispo murió en octubre
pero igualmente se cumplió su orden y al año siguiente se celebró el primer
Corpus.
Más
adelante, el Papa Urbano IV -quien conocía bien el asunto de sor Juliana de
Cornillón- instituyó la celebración del Corpus Christi para la Iglesia católica
universal, fijándola el jueves después de la fiesta de la Santísima Trinidad.
Este día también se denomina el Día de la Caridad, porque el amor cristiano
tiene su fuente en este misterio.
"Si
Cristo nos ama hasta el extremo de dar su vida por nosotros, también nosotros
debemos amar a los demás hasta la entrega de nuestras vidas. En esto consiste
la caridad cristiana", explica la diócesis de Jaén. "No podemos decir
sinceramente que participamos de la Eucaristía, en la Comunión, y que asistimos
con profunda devoción y recogimiento a la procesión del Corpus, si, al mismo
tiempo, no practicamos el amor fraterno, especialmente con los más
necesitados", añade.
Toledo,
una tradición
La
celebración se lleva a cabo el jueves siguiente al octavo domingo después del
Domingo de Resurrección (es decir, 60 días después del domingo de Pascua). Sin
embargo, en el caso de España, la mayoría de las diócesis lo celebran el
domingo en lugar del jueves, después de que el Estado suprimiera hace años la
fiesta laboral del jueves tradicional. De esta manera las diócesis facilitan a
los fieles participar en la misa. Este año el Corpus Christi es festivo en
algunas comunidades autónomas, como Madrid.
Toledo,
en cambio, mantiene desde el año 2010 la fiesta el jueves posterior al domingo
de la Santísima Trinidad. Allí la fiesta tiene desde tiempos inmemoriales una
gran tradición. Este año, la celebración coincidirá con la proclamación de
Felipe VI, pero el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, mantendrá la
misa a las 10.00 horas en la Santa Iglesia Catedral Primada e inmediatamente
después saldrá la tradicional Procesión del Corpus por las calles de Toledo con
la Custodia de platero Enrique de Arfe del siglo XVI en la que se coloca el
Santísimo Sacramento.
CORPUS
CORPUS........... la caridad
es causa de felicidad personal y comunitaria. El dar supone enriquecerse a sí
mismo. Con la caridad todos somos beneficiados.
CORPUS...........es
centralizar el Misterio de la Eucaristía en aquel acto de supremo servicio donde
Jesús da pruebas del señorío del amor de Dios en su corazón.
CORPUS...........es
manifestar públicamente la convicción de todo cristiano católico que siente y
vive en la Eucaristía el AMOR que Dios nos tiene. Que sabe que siempre hay un
Misterio escondido detrás de las especies del pan y del vino.
CORPUS..........es el AMOR
de DIOS que toma cuerpo....que se hace cuerpo; visible, alimento, vino y pan.
Y, si el amor de DIOS se hace cuerpo, nuestras calles se hacen hueco y se abren
de par en par para que, por unos momentos, se conviertan en mesa interminable
donde los seguidores de Jesús celebren, proclamen, vivan y coman su pan
multiplicado.
CORPUS........es el AMOR de
DIOS a los hombres y - en trampolín- amor y servicio, generosidad y justicia,
perdón y fraternidad........de los hombres con los propios hombres.
Si el AMOR DE DIOS se hace
cuerpo, por nosotros, nosotros somos urgidos por imperativo de Jesús Eucaristía
a ser igualmente cuerpo visible de: justicia y del compartir, de alegría y de
tolerancia, de respeto y de fe de reconciliación y de esperanza, de ilusión de
coraje, de piedad y de compromiso continuado en pro de una sociedad que no
tiene más esquemas sino el poder para tener. Ahora, en estos tiempos sobre
todo, donde hay tanto contraste de culturas y hasta de religiones…es bueno
manifestar públicamente lo que sentimos y lo que creemos:
¡DIOS ESTA AQUÍ!.
No sé porque me da que el
Corpus, hoy más que nunca, puede ser un desafío ante ese afán de replegar y de
esconder todo lo que suene a religioso. La custodia, con Cristo dentro, puede
ser perfectamente la gran pancarta de un Dios que sigue hablando y
manifestándose a través de nosotros.
Javier Leoz
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