LECTURAS DEL XXX DOMINGO DEL
TIEMPO ORDINARIO
Primera Lectura
Lectura del libro de
Jeremías (31,7-9):
Salmo
Sal 125, 1-2ab.
2cd-3. 4-5. 6
R/. El Señor ha estado grande
con nosotros,
y estamos alegres
Cuando el Señor cambió la
suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de
risas,
la lengua de cantares. R/.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con
ellos.»
El Señor ha estado grande con
nosotros,
y estamos alegres. R/.
Que el Señor cambie nuestra
suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.
Segunda Lectura
Lectura de la carta
a los Hebreos (5,1-6):
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Marcos (10,46-52):
En aquel tiempo, al salir
Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo
de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que era Jesús Nazareno,
empezó a gritar: «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.»
Muchos lo regañaban para que
se callara.
Pero él gritaba más: «Hijo de
David, ten compasión de mí.»
Jesús se detuvo y dijo:
«Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole:
«Ánimo, levántate, que te llama.»
Soltó el manto, dio un salto y
se acercó a Jesús. Jesús le dijo: «¿Qué quieres que haga por ti?»
El ciego le contestó:
«Maestro, que pueda ver.»
Jesús le dijo: «Anda, tu fe te
ha curado.»
Y al momento recobró la vista
y lo seguía por el camino.
Palabra del SeñoR
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