LOS ABUELOS, SÍ SON SUPERVIVIENTES
La televisión ha sido uno de los grandes adelantos del siglo XX. Permitía dejar oír sin ver ,(la radio), a ver oyendo. Pero claro, la televisión ha ido avanzando a pasos agigantados. Siempre, dicen, en beneficio del televidente. Es decir en beneficio de todos y cada uno de nosotros. Sea al precio que sea: ellos se llevan una parte suculenta por publicidad y nosotros podemos estar hasta diez minutos aguantando algo que siempre es lo mismo sin cambiar de cadena.
Hay programas que se llevan la palma. Quziás por el contenido, quizás por el enganche del presentador, pero que tragamos con ruedas de molino algo que yo personalmente no trago. Hay un programa de máxima audiencia, en el que el premio a una prueba determinada consiste en comer algo. Casi siempre una candidad muy buena en un tiempo determinado: sin tenedor, con las manos, y lo que sobra se lo dan a los que han perdido la prueba. Claro, lo que no se coma en ese tiempo, manoseado y babeado por seis y ocho concursantes, creo que lo tirarán. Verbo tirar. Sin afán de ser demagogo, porque está a la vista de todos, tiran comida enardeciendo a una audiencia que está deseosa del programa. Un programa que se vanagloria de supervivencia.
Una audiencia que probablemente está cabreada, enfadada por la cantidad de inmigrantes que nos llegan a nuestras costas, que no tienen cabida en la sociedad en la que nos toca vivir, que le echamos la culpa de todos y cuantos delitos se puedan dar en el entorno en el que vivimos, que no nos ponemos de acuerdo de a dónde tienen que ir, pero somos los que despreciamos, tiramos comida... como si sobrara o como si no hubiera gente que daría lo que fuera por un plato de eso que se tira y que se degustaría sin tiempo para poder comerla.
Muchos creyeron ver en aquella ley que permitía llevarse a casa la comida que no se consumía, la panacea al despilfarro. Pero da la casualidad que según Manos Unidas, con todo lo que tiramos porque no consumimos, se podría paliar el hambre en el mundo. No habría hambre, pero es que nos da lo mismo y seguramente pensamos que como a nosotros no nos toca, pues a tirar se ha dicho.
Es curioso como en el evangelio de este fin de semana, un joven muchacho, que no tenía nada más que dos peces y tres panes, es decir lo justo y necesario, lo pone al servicio de los demás. Los que menos tienen nos enseñan que con poco se puede hacer mucho.
Este fin de semana es la jornada mundial de los abuelos. Ellos, con practicamente nada de recursos, eran capaces de sacar adelante una familia repleta de miembros. Sin adelantos, con infinidad de platos de cuchara y así hemos salido muchos adelante. Recuerdo a una abuela de las mías, que allí no se tiraba nada. Lo que no se comía un día se aprovechaba con otro nombre para el día siguiente. Te podría gustar más o gustar menos, pero es que en la mesa de san Francisco, donde comían cuatro , comían cinco. Alli no se tiraba nada y además se comía con la educación que conlleva y le corresponde a la comida.
El lema de los abuelos de este año, en la vejez no me abandones, una vez más nos viene a demostrar que nos tienen que recordar que no hay que abandonar lo valioso. Lo que nos enseña y nos apoya en la vida. El ser viejo, es símbolo de una vida vivida en plenitud y que los años que nos van cayendo son símbolo de vivir la vida.
Los abuelos son los que nos dejan la huella en la vida para poder seguirla. Alguien me decía que los abuelos son los que marcan una senda que con el paso del tiempo echamos en falta pero que en el tiempo que nos toca, no reconocemos que ellos nos marcan el camino.
Ellos son los verdaderos supervivientes de la vida. Una vida dura, nada fácil, sin apenas recursos en ningún sentido, pero que ha sabido salir adelante y nosotros nos ahogamos en un vaso de agua.
No tiremos la comida; no abandonemos en su vejez a los que nos han marcado el sendero de la vida. Seamos fieles cumplidores de nuestro presente.
Hasta la próxima
Paco Mira
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.