Primera lectura
Lectura del libro
del Deuteronomio (26,4-10):
Palabra de Dios
Salmo
Sal
90,1-2.10-11.12-13.14-15
R/. Está conmigo, Señor, en la
tribulación
Tú que habitas al amparo del
Altísimo,
que vives a la sombra del
Omnipotente,
di al Señor: "Refugio
mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti."
R/.
No se te acercará la
desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu
tienda,
porque a sus ángeles ha dado
órdenes
para que te guarden en tus
caminos. R/.
Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en
la piedra;
caminarás sobre áspides y
víboras,
pisotearás leones y dragones.
R/.
"Se puso junto a mí: lo
libraré;
lo protegeré porque conoce mi
nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la
tribulación,
lo defenderé, lo
glorificaré." R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los Romanos (10,8-13):
La Escritura dice: "La
palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón." Se
refiere a la palabra de la fe que os anunciamos. Porque, si tus labios profesan
que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los
muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por
la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: "Nadie que
cree en él quedará defraudado." Porque no hay distinción entre judío y
griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo
invocan. Pues "todo el que invoca el nombre del Señor se salvará."
Palabra de Dios
Evangelio del
domingo
Lectura del santo
evangelio según san Lucas (4,1-13):
En aquel tiempo, Jesús, lleno
del Espíritu Santo, volvió del Jordán y durante cuarenta días, el Espíritu lo
fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin
comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo:
"Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan."
Jesús le contestó: "Está
escrito: No sólo de pan vive el hombre".
Después, llevándole a lo alto,
el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:
"Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y
yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mi, todo será
tuyo."
Jesús le contestó: "Está
escrito: Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".
Entonces lo llevó a Jerusalén
y lo puso en el alero del templo y le dijo: Si eres Hijo de Dios, tírate de
aquí abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de
ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece
con las piedras".
Jesús le contestó: Está
mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios".
Completadas las tentaciones,
el demonio se marchó hasta otra ocasión.
Palabra del Señor
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.