Primera lectura
PRIMERA LECTURA
No elogies a nadie antes de oírlo hablar
Lectura del primer libro de Samuel.
CUANDO se agita la criba, quedan los desechos;
así, cuando la persona habla, se descubren sus defectos.
El horno prueba las vasijas del alfarero,
y la persona es probada en su conversación.
El fruto revela el cultivo del árbol,
así la palabra revela el corazón de la persona.
No elogies a nadie antes de oírlo hablar,
porque ahí es donde se prueba una persona.
Palabra de Dios.
Salmo
Salmo responsorial: Sal 91, 2-3. 13-14. 15-16
(R/.: cf. 2a)
R/. Es bueno darte gracias, Señor.
V/. Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo;
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R/.
V/. El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/.
V/. En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
mi Roca, en quien no existe la maldad. R/.
Segunda lectura
SEGUNDA LECTURA: 1 Cor 15, 54-58
Nos da la victoria por medio de Jesucristo
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los Corintios.
HERMANOS:
Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto
mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está
escrita:
«La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¿Dónde está,
muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón?».
El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del
pecado, la ley.
¡Gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de
nuestro Señor Jesucristo!
De modo que, hermanos míos queridos, manteneos firmes e
inconmovibles.
Entregaos siempre sin reservas a la obra del Señor,
convencidos de que vuestro esfuerzo no será vano en el Señor.
Palabra de Dios.
Evangelio del domingo
De lo que rebosa el corazón habla la boca
Lectura del santo Evangelio según san Lucas,
EVANGELIO: Lc 6, 39-45
De lo que rebosa el corazón habla la boca
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los
dos en el hoyo? No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine
su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu
hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes
decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin
fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de
tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.
Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo
que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se
recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.
El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón
saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que
rebosa el corazón habla la boca».
Palabra del Señor.
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