En
mi debilidad me haces fuerte
Señor
Jesús, que conoces mi corazón
y lo
que me habita.
Sabes
mis anhelos y mis deseos de
hacer
el bien y seguirte con generosidad
todos
los días de mi vida.
También
conoces mis debilidades,
mis
pecados, mis incoherencias y todo
lo
que habita en mi corazón a pesar de
no
desearlo.
Como
Pedro, muchas veces quiero dar
la
vida por ti.
Como
Pedro, muchas veces quisiera
defenderte
a capa y espada.
Como
Pedro, quisiera demostrarte que
aunque
todos te dejen, yo no.
Como
Pedro, también quisiera
apartarte
del camino de la Cruz y, por
tanto,
del de la resurrección.
Como
Pedro, sé que en cualquier
momento,
en cualquier rincón, en
cualquier
circunstancia puedo echarlo
todo
a perder.
Como
Pedro…
No
obstante, Señor, también como
Pedro,
sé que quieres contar conmigo.
Sé
que conociendo mi fragilidad y
debilidad
sigues contando conmigo.
Por
eso, hoy, te pido que no permitas
que
mi debilidad me lleve a traicionarte
como
Judas, sino que hagas de mi
debilidad
una persona fuerte.
Fuerte
con tu fuerza. Alegre con tu
alegría.
Compasivo con tu compasión.
Para
que al cantar el gallo, en el alba
de
mis días, siempre esté despierto y
alerta
contigo.
Rodrigo
Cuesta
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