¿Oigo bien lo
que me dices, Señor Jesús? ¿Me dices que lo que Tú has venido
a instaurar en
este mundo
es como una
gran fiesta…?
¿Es eso lo que
nos dices?
¿Es así como lo
vivo?
¿Es así como
los vivimos la mayoría de los cristianos?
¿Es así como
nos ven
los que no se
dicen cristianos?
Ciertamente hay
personas que lo viven de esta forma.
Los hay y los
ha habido
que han vendido
todo lo que tenían por seguirte,
por implicarse
en tu Proyecto,
y son felices,
muy felices…
Pero… ¿cuántos son? ¿No podrían ser más?
Ya sé, Señor
Jesús,
que al
invitarnos a participar en la fiesta que es tu Reino, no debes querer decir que
hemos de cerrar los ojos
a los
sufrimientos
que se dan en
nuestro mundo:
a la gente que
vive sola, a los presos, a los enfermos,
a los que
vienen en pateras,
a las víctimas
de tantas violencias… Pienso, Señor Jesús, que todos los males que vemos
y que hacen
sufrir a tantas personas no pueden ser nunca motivo de gozo, al contrario nos
tienen que conmover, como a Ti
Como Tú hacías,
Señor Jesús, nosotros también estamos llamados
a conmovernos,
y si es preciso
a llorar con los que lloran, solidarizándonos con todos ellos.
O sea, estamos
llamados a tener
un corazón de
carne y no de piedra.
Pero, así y
todo, el saber, Señor Jesús, que tratamos de seguir tus pasos,
que procuramos
adaptarnos a tu forma de vida, el alimentarnos a diario
de tu Palabra y
de la Eucaristía,
el tener a Dios
como Padre nuestro,
el trabajar por
un mundo de hermanos, el ser compasivos, servidores con Tú ,
el buscar
permanentemente la voluntad de Dios Padre,
el esperar el
encuentro definitivo en la casa del Padre… ha de ser motivo de gran gozo.
Tu Reino es lo
más bonito del mundo, eso es lo que vienes a decirnos hoy.
No sé si
muestro a los demás mi gozo o no eso no me quita el sueño
pero lo que sí
que quiero
es que no tenga
que ir a buscar otras aguas por que la tuya me sacia;
lo que sí que
quiero es que el Reino,
tu Proyecto,
sea el gran gozo de mi vida.
Haz, Señor Jesús, que en tu Proyecto
encuentre mi alegría.
Cuando el
equipo de fútbol de España ganó el Mundial por todas partes fue una explosión
de gozo.
No sé si ha de
ser así nuestro gozo, seguramente tendrá que ser más tranquilo, pero más
duradero, más eficaz,
más positivo,
con menos cantos, banderas y bebidas.
Pero más de
todos, especialmente de los humildes y sencillos.
¡Ah! también me
has dicho, Señor Jesús, algo muy importante que no podemos olvidar a los que ya
estamos en el banquete:
Tú nos pides
que nuestro vestido, nuestro estilo de vida esté a tono con las pautas que nos
has trazado.
Échanos, Señor Jesús, una mano para que
así sea.
Posiblemente es mucho lo que tengamos que
hacer para tener el vestido de boda y para que otros lo tengan.
Igual que a
veces,
al ver en el
otro una mancha en su vestido, le indicamos su mancha
así también
podemos eliminar
otras manchas
en nosotros
y en los demás
para mantener limpio
el vestido de
fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.