RUTA
DE BELENES
Este
puede ser un buen día para hacer la ruta de los belenes. Realmente pudiera
hacerse en muchos momentos de la vida. Vamos a ver si me explico. Es costumbre
que, aprovechando la Navidad, algunos cojan su coche y se vayan a ver, por
ejemplo, el nacimiento de la Playa de Las Canteras. Formidable. Lo que pasa es
que yo estoy pensando en una ruta diferente. Otro tipo de belenes. No. Tampoco
me refiero, por poner
un ejemplo, al muy espectacular que ha hecho Dámaso
Suárez en Cruce de Arinaga y que vale la pena conocer. Reconozco que me encanta
visitar nacimientos. De hecho hace unos días me encontré con un belenista
reconocido como Ramón Brito de Tamaraceite quien, en pocos minutos, me ofreció
una ruta de los mejores nacimientos realizados en parques, plazas y domicilios
particulares de Moya, Telde, Arucas o Mogán. Pero es que, si uno contempla un
nacimiento o mil, no puede quedarse en la imagen idílica que allí se pinta y
que alegra la vista. Ríos de agua limpia, ovejitas con abundante agricultura a
su alrededor, pastores que sonríen, un portal con luz eléctrica y música de
ángeles.
Es
bueno visitar belenes, pero no sólo para extasiarnos ante algunas obras
artísticas. Los nacimientos hay que saber interpretarlos. Hay que ponerles voz
y movimiento sin necesidad de mecanismo alguno. Se le puede preguntar a la
oveja por qué está allí. Hay que escuchar al Niño Jesús si nos dice dónde
podemos encontrarlo de verdad, de carne y hueso. Se puede mirar a la Virgen
María y, aunque aparentemente no recibamos la respuesta, decirle que dónde hay
una persona que necesite el cuidado y el afecto que ella parece que está dando
su hijo. O suspirar ante esa figurita de un san José bueno, obediente que no
comprende casi nada de lo que está pasando. Pero que está allí porque confía en
Dios.
Ayoze
montó un pequeño belén en su casa con la ayuda de los padres que consideraron
que esta sería una buena catequesis para el niño. Y el chiquillo, todos los
días cuando se levanta, va al rinconcito donde está el belén y cambia alguna
figura. Ayer apareció el niño metido en medio de los pastores. Y otra vez puso
a la Virgen con las lavanderas. Pareciera como si Ayoze le estuviera dando la
catequesis a los padres. A ver si se dan cuenta que lo del belén es una forma
de descubrir que todo eso que allí aparece quieto está en continuo movimiento.
Y que a Jesús hay que seguir buscándolo por ahí, en los sitios más
insospechados. Por eso no basta hacer la ruta de belenes de figuritas. Falta la
otra.
La
otra ruta de Nacimientos no es un entretenimiento para los días de Navidad. Si
uno hizo bien la primera, la que muchos de nosotros hacemos, es muy posible que
nos animemos a hacer la segunda. Y se va uno un día a buscar y encontrar al
Jesús, al de verdad. Por ejemplo al Hospital. Y otro día se entera uno que hay
un acto solidario para personas con enfermedad mental y se planta allí porque
allí seguro que lo va a encontrar a Él.
No
se organizan rutas de belenes de este tipo. Tampoco hace falta. Pero es bueno
organizarlas para uno mismo. Durante todo el año, poquito a poquito, se puede
ir visitando o ayudando a Jesús que anda entre nosotros.
En
la Plaza de San Pedro del Vaticano instalaron este año un belén inspirado en
las pateras que traen refugiados a nuestras tierras. Muy buena idea. Al verlo,
no vale decir ¡qué bonitoooo! Porque los belenes, aunque sean muy bellos
artísticamente, tienen que ayudarnos a decir ¡!qué feo! Qué feo que un Niño
haya tenido que nacer así. Y qué refeo que no hayamos aprendido todavía y se
sigan multiplicando los “niños jesuses” que viven a la intemperie y sin
sonrisa.
Necesariamente,
voy a empezar la otra ruta de los belenes. Aunque, en verdad, la empecé ayer
cuando, sin pretenderlo, en la misma iglesia, vino a mi encuentro Sandra y me
contó entre lágrimas que la habían despedido del trabajo. Y que se veía lejos
de los suyos, cargada de problemas y sin ninguna salida. Yo la escuchaba y al
mismo tiempo ponía los ojos en las figuras del Belén de la parroquia. ¿Dónde
estaría Jesús?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.