“Queridos
hermanos y hermanas:
Hoy
quiero hablaros de algo que entristece mucho mi corazón: la guerra en Siria,
que ya entró en su quinto año. Es una situación de sufrimiento indescriptible,
cuya víctima es el pueblo sirio, obligado a sobrevivir bajo las bombas o buscando
vías de evacuación a otros países o áreas de Siria, menos desgarradas por la
guerra: abandonan sus hogares, todo … También pienso en las comunidades
cristianas, a las que mando todo mi apoyo, a causa de la discriminación que
tienen que soportar.
Me
gustaría hacer aquí una exhortación a todos los fieles y a todos aquellos que
están comprometidos con Cáritas, en la construcción de una sociedad más justa.
Mientras que el pueblo sufre, una increíble cantidad de dinero se gasta para
proporcionar armas a los combatientes. Y algunos de los países proveedores de
estas armas también se encuentran entre los que hablan de paz. ¿Cómo se puede
creer en quienes con la mano derecha te acarician y te golpean con la
izquierda?
Animo
a todos, adultos y jóvenes, a vivir con entusiasmo este Año de la Misericordia
para vencer a la indiferencia y proclamar con fuerza que ¡la paz en Siria es
posible! ¡La paz en Siria es posible!
Por
eso, somos llamados a encarnar esta Palabra de Dios: “Porque yo sé muy bien lo
que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de
esperanza – palabra de Yavé” (Jeremías 29 , 11).
Les
invito a orar por la paz en Siria y por su pueblo, en ocasión de vigilias de
oración, de iniciativas de sensibilización en grupos, en parroquias y
comunidades, para difundir un mensaje de paz, un mensaje de unidad y esperanza.
Que a
la oración, sigan luego obras de paz. Les invito que se dirijan a aquellos que
están involucrados en las negociaciones de paz, para que tomen en serio estos
acuerdos y se comprometen a facilitar el acceso a la ayuda humanitaria.
Todo
el mundo debe reconocer que no existe una solución militar para Siria: sólo una
política. Por lo tanto, la comunidad internacional debe apoyar las
conversaciones de paz para construir un gobierno de unidad nacional.
Unamos
fuerzas, a todos los niveles, para asegurarnos de que la paz sea posible en la
amada Siria.¡Esto sí que será un grandioso ejemplo de misericordia y amor
vivido por el bien de toda la comunidad internacional!
¡Que
el Señor les bendiga y la Virgen les guarde! Gracias”.
Papa
Francisco-Cipe
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