viernes, 8 de julio de 2016

BOTAFUMEIRO

                    
El botafumeiro (textualmente, el “esparcidor de humo”, en el gallego original) es quizá uno de los símbolos más conocidos y populares de la catedral de Santiago de Compostela.

Se trata de un incensario de tamaño excepcional (52 kilos de peso y prácticamente metro y medio de altura), que es manejado por ocho hombres (llamados “tiraboleiros”) gracias a un sistema de poleas que permite que se balancee a lo ancho de la nave transversal de la catedral, a los lados del altar.

En 1499 el botafumeiro salió disparado por la Puerta de Platerías, en medio de una misa a la que asistía la que sería la reina consorte de Inglaterra, Catalina de Aragón.
El peso y altura del botafumeiro hace que, al balancearse, el movimiento alcance velocidades de hasta 70 kilómetros por hora, por lo que, no es extraño, alguna vez se ha desprendido de la cuerda.

De hecho, en 1499 el botafumeiro salió disparado por la Puerta de Platerías, en medio de una misa a la que asistía la que sería la reina consorte de Inglaterra, Catalina de Aragón.

El botafumeiro, en la actualidad, se utiliza sólo en algunas solemnidades. Desde luego, especialmente en las relacionadas con la veneración de Santiago Apóstol.

Para otras celebraciones, se usa una copia del botafumeiro original, un poco más pequeña, que se conoce coloquialmente como “la alcachofa”.

El botafumeiro (textualmente, el “esparcidor de humo”, en el gallego original) es quizá uno de los símbolos más conocidos y populares de la Catedral de Santiago de Compostela.

La tradición cuenta que el uso del incensario en la catedral de Santiago comenzó en el siglo XI cuando, debido al gran número de peregrinos que llegaban a Compostela, fue necesario hacer un incensario de proporciones excepcionales.

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