jueves, 25 de diciembre de 2014

DISCURSO DE NAVIDAD DEL PAPA


El Papa, este lunes, durante su discurso de Navidad a la Curia

1.-Poniendo el dedo en la llaga, pero sin tono de regañina, el Papa sorprendió a los cardenales y altos cargos de la Curia con un originalísimo discurso de felicitación de Navidad:
·        La lista de las quince «enfermedades de la Curia», de modo que puedan hacer «examen de conciencia» y acudir al «sacramento de la Reconciliación».

2.-En tono muy sereno, el Papa les habló durante veinte minutos sobre cada una de estas patologías, añadiendo que se dan también en las DIÓCESIS, las CONGREGACIONES religiosas, las COMUNIDADES e incluso en los MOVIMIENTOS, no exentos del contagio de clericalismo.
·        Con claridad absoluta, pero también con buen humor y en un lenguaje coloquial, el Papa enumeró las enfermedades de:
·        «Sentirse inmortal e insustituible»,
·        El «exceso de actividad»,
·        La «petrificación mental y espiritual»,
·        El «exceso de planificación y funcionalismo»,
·        La «mala coordinación»,
·        El «Alzheimer espiritual» que lleva a olvidar el fervor de la primera entrega,
·        La «rivalidad y vanagloria» de la gente soberbia, y
·        La «esquizofrenia existencial» de quienes olvidan que están al servicio de personas concretas.

3.-En el comentario de cada enfermedad de la lista, el Papa adoptó un tono severo solamente respecto a la «MURMURACIÓN», que califico de «muy grave» e incluso de «terrorismo» por los destrozos que causa.
·        Respecto a la décima enfermedad, que consiste en «DIVINIZAR a los jefes y el carrerismo», el Santo Padre advirtió que no es sólo patología de aduladores sino también de algunos jefes que intentan crear una dependencia psicológica en sus súbditos.

4.-Las cinco últimas enfermedades son:
·        La «indiferencia respecto a los demás»,
·        Las «caras fúnebres»,
·        La «acumulación de bienes»,
·        Los «círculos cerrados» o camarillas, que a veces se crean por motivos buenos pero terminan rompiendo la unidad, y
·        El «provecho mundano» que se manifiesta en el «exhibicionismo» en los periódicos, llegando a veces a hacer declaraciones falsas para lograr más impacto.

6.-El Papa mencionó antídotos para varias de estas enfermedades, y se extendió respecto a la de las «CARAS FÚNEBRES» aconsejando a todos «una dosis de sano humorismo», riéndose de uno mismo para no darse demasiada importancia.
·        Aconsejó acudir a una oración que compuso santo Tomas Moro con este fin y confesó que «yo la rezo todos los días. Me hace bien».

7.-Al final, muchos cardenales y arzobispos estaban desconcertados, pero no enfadados.
 Es más, la mayoría estaban contentos de que alguien llamase por fin a las cosas por su nombre.

Recemos por el Papa que es un regalo para la Iglesia y el mundo

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