Hacía
semanas que La Voz de Italia ya había proclamado de manera no oficial a la
monja Sor Cristina como la ganadora de su última edición. La resolución, más
que evidente, se hizo pública este jueves, en la gala final del concurso de
talentos musicales. Con solo 25 años, la religiosa se subió por última vez al
escenario del canal Rai2 y cautivó a todo el país con su torrente de voz, que
le brindó el título de campeona. Tras conocerse el veredicto, sor Cristina
Scuccia animó a todo el público presente en el plató a rezar un Padre Nuestro.
«Quiero
que Jesucristo entre aquí, es un sueño», declaró la religiosa tras recibir el
trofeo que representa tres dedos de una mano sosteniendo un micrófono. También
agradeció calurosamente a su coach en el programa haberla «protegido»
frecuentemente ante quienes la criticaban.
Tutelada
durante su paso por La Voz Italia por el rapero italiano D-Jax, consiguió tocar
el cielo gracias al 62 % de los votos emitidos por la audiencia, que la
concedieron, además, un contrato discográfico con la productora Universal. Por
su parte, el cantante, que se autodefine como «el diablo ante el agua bendita»,
consideró «increíble» el desempeño de sor Cristina, que anoche se presentó ante
las cámaras rigurosamente ataviada con un vestido y velo negro. Él la animó a
«cambiar las cosas, a brindar un ejemplo importante».
Durante
la gala final, la monja sor Cristina, animada desde las gradas por algunas de
sus hermanas ursulinas, interpretó populares bandas sonoras como la de Flash
dance (1983), What a feeling o la de la cinta del director italiano Roberto
Benigni, La vida es Bella (1997). Pero el punto álgido del programa llegó
cuando los concursantes tuvieron que cantar una canción propia. Lungo la riva,
una tema muy rítmico y de estética góspel, fue su elección final.
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