FELIZ CUARESMA
Sí, feliz cuaresma, porque
un año más Dios nos vuelve a regalar una oportunidad, y van tantas, de
conversión, y eso no deja de ser motivo de gozo en nuestra pequeñez.
Feliz Cuaresma, porque
re-iniciamos un camino que sin eludir la muerte, nos conduce a la Vida
Verdadera, gracias a la Resurrección del Maestro y eso no deja de ser motivo de
esperanza en nuestras miserias.
Feliz cuaresma porque ante
las tentaciones de vivir en blanco y negro, Dios nos habla en colores, intensos
y vivos, y nos ofrece la reconciliación, Su Reconciliación como instrumento de
conversión y de cambio.
Os proponemos, nos proponemos vivir esta cuaresma, estos
días, este camino regalado desde la reconciliación. El mundo que estamos
viviendo, la realidad que nos acontece, está rota, divida, fragmentada, casi
muerta, sino del todo, en viernes santo permanente, por eso la necesidad de
hacer feliz esta cuaresma desde la reconciliación. No desde la nuestra, sino
desde la que Dios se empeña en regalarnos cada día.
Reconciliación con Dios, Principio, Amor de
nuestras vidas, Misericordia regalada a cada instante, abrazo de Madre/Padre,
como a hijas e hijos que regresamos al hogar después de haber dilapidado la
herencia. Reconciliación con quien no deja de reconciliarse eterna y fielmente
con cada una, con cada uno.
Reconciliación conmigo. A pesar de mis miserias,
de mi pecado, de mi limitación, de todo lo necio, lo inmaduro, lo pobre… que
hay en mi, puesto que Dios, Abbá, no ha dejado de amarme ni un solo instante,
puesto que me ha hecho una persona amable a Sus Ojos y a los ojos del resto de
la humanidad, no puedo ser yo quien me haga odiable. Es necesario en esta
cuaresma hacer un pequeño ejercicio de acogerme y reconciliarme conmigo, para
así poder ofrecerme y entregarme a esta humanidad nuestra de cada día como lo
hizo Jesús nuestro maestro.
Reconciliarme con mi
entorno más próximo, crear lazos de religación como decía Zubiri. Reconciliarme con
mi familia, con mis vecinos y vecinas, con mi trabajo. Reconciliarme y mientras
lo hago, sanar heridas, ofrecer abrazos, amar mucho y amar bien, pues solo el
Amor recibido y entregado es el que transformará lo cotidiano, pasando de la
muerte a Su Vida.
Reconciliarme con la
Creación, con la humanidad y con la naturaleza y por tanto vivir en
coherencia con mis Hermanas y Hermanos sufrientes, dolientes. Vivir en armonía
ecológica con la naturaleza, desde el compartir, más que desde el consumir,
desde el trabajo por una realidad sostenible y solidaria…
Tratar de vivir estos días
que se nos regalan, en clave de reconciliación nos ayuda a asumir las muertes y
La Muerte que no dejan de producirse en nosotros y por nosotros, pero también
nos ayuda a luchar, a colaborar en la tarea de transformación de la realidad.
Nos ayuda a creer, a Creer que Su Muerte tuvo sentido y que como dice Pedro Sus
Heridas nos han curado…
Por eso y con eso me
atrevo a deciros y a desearos feliz cuaresma, Hermanas y Hermanos en Jesús
Resucitado por Dios Abbá de la muerte. Feliz cuaresma.
José Luis Graus
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