domingo, 30 de marzo de 2014

4º DOMINGO DE CUARESMA

¿SOY CIEGO, SEÑOR?

Digo creer en Ti, y vivo como si no existieras

Pretendo caminar por tus sendas y no palpo tu  presencia

Presumo de conocerte y apenas escucho tu Palabra

Digo que ¡nadie hay como Tú!

y tiemblo cuando las dificultades asoman

¿SERÉ ACASO  CIEGO, SEÑOR?

Abro los ojos ante el mundo

y me cuesta decir que Tú lo mueves

Confieso que Tú eres la luz del mundo

y me escondo en oscuridades peligrosas

Rezo mirando al cielo

y a la vez me fío demasiado

de las decisiones del mundo

¿TENDRÉ  CEGUERA ESPIRITUAL, SEÑOR?

Soy humano y, muchos días,

me considero exclusivamente divino

Soy pecador y, queriendo o sin querer,

me las doy de justo y honrado

Afirmo conocer todos los secretos

y, a mis ojos, se escapa lo esencial

Conozco la ciencia y la matemática

y no sé cómo encontrarte en mi vida

¿SERÉ CIEGO,  SEÑOR?

Porque leo tu Palabra

y, pienso que es para los demás

Escucho tu Palabra

y creo que no va conmigo

Camino, subo y bajo, corro y avanzo

y me tropiezo a cada instante

dándome de bruces

contra mis propias ideas y pensamientos

¡CAMBIÁME,  SEÑOR!

Mi naturaleza humana, para reconocerte

La forma de mirar para no perderte de vista

El ritmo en mi caminar para ir a tu lado

El ruido de mi existencia para escuchar tus pisadas

Los nubarrones de mis pensamientos

para que Tú seas la luz de todo mi ser

¿ESTARÉ  CIEGO, SEÑOR?


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