domingo, 6 de abril de 2025

COMUNICADO CARITAS SAN RAFAEL MARZO 2025



 

 

Mucha gente habla sobre buscar a Dios como si Él estuviera jugando a las escondidas. Pero .. ¿Qué tal si en vez de buscar a Dios, nos dejamos encontrar por Él?

 

Queremos muchas veces existir por nosotros mismos en lugar de existir gracias a la mirada de Dios y ser guiados por la Luz de su Palabra.

 

Asi, somos ciegos a las cruces de nuestro mundo, porque mirando solo a nuestro ombligo no nos animamos a salir a la intemperie donde el  desaliento y el sufrimiento abofetean a tantos.

 

Que en esta Cuaresma nos dejemos mirar por el Señor que nos interpela a besar su heridas y llevar su cruz y asi, venciendo la tentación de ocuparnos solamente de nuestra necesidades, acompañemos a nuestros hermanos en el proceso de conquistar la dignidad que como hijos de Dios tienen desde siempre.

 

Que la Virgen Maria no deje de mirarnos y nos lleve de su mano en nuestro camino cuaresmal .                                

 

 

Gracias  a toda la comunidad por sus donaciones y oraciones. Gracias a empresas como Bimbo que todos los meses colabora con las Caritas de la zona.

 

Las obras en los salones de Caritas siguen avanzando, ya nos hemos mudado de almacén a una sala nueva con mucho más espacio.

 

Durante el mes de Marzo hemos acogido a 102 familias y la colecta del mes ha sido de 755€ 


Dios nos siga bendiciendo a todos

viernes, 4 de abril de 2025

PROGRAMA DE SEMANA SANTA

 



                                   










PROTAGONISTAS USTEDES

EUCARISTÍA V DOMINGO DE CUARESMA

EL PESO DE LA LEY, EL PERDÓN



 EL PESO DE LA LEY, EL PERDÓN

El peso de la ley debe caer con toda su fuerza y rigor sobre una mujer sorprendida en adulterio. Porque, claro, la ley está para cumplirla, repetimos a menudo, sin pensar demasiado para nada en lo que decimos y la ley de Moisés manda apedrear a las prostitutas. No hay escapatoria posible, es evidente: hay que apedrearla, ejecutando la sentencia que la ley dicta. Y no puede haber perdón, pues entonces la ley sería innecesaria.

En esta etapa final de la Cuaresma es muy habitual que en las comunidades parroquialesse organicen celebraciones penitenciales comunitarias, con confesión y absolución individuales. Y, salvo excepciones, de año en año se nota la disminución de la participación en estas celebraciones. Y lo mismo ocurre el resto del año: cada vez son menos los fieles que piden confesión. Las causas son muchas: separación entre fe y vida, pérdida del sentido del pecado pero hay una que supone un fuerte obstáculo: ‘Decir los pecados al confesor’. Muchos piensan que por qué deben contarle al cura sus pecados, y por eso prescinden de este Sacramento.  

La mayor desfiguración del Dios de Jesucristo es aplicarle el rostro de juez y de condena. Pasar de la bendición al miedo es lo propio del pecado y del alejamiento de Dios, aún cuando se haga en su nombre. La historia lo es de salvación por voluntad propia del que la dirige y acompaña. El enfrentamiento de Dios contra el mal y el pecado sólo lo es en función de la curación, la sanación y la liberación de los que están sometidos y lo sufren.

El pasaje de la mujer adúltera es una lección para los que se creen justos y desprecian a los demás. El filósofo dijo que «el hombre era lobo para el hombre», es decir un ser que se realiza destruyendo, sometiendo y devorando al otro. Tal vez la definición sea exagerada, pero observando el medio ambiente político que vivimos y los acontecimientos bélicos del momento, algo de verdad puede tener..

Desde una observación imparcial es imposible no ver como hay personas que parecen realizarse solo cuando encuentran carnaza que devorar, cuando tienen a tiro de piedra algún adúltero o adúltera, con quien desahogarse dando rienda suelta a la violencia que generan sus propias frustraciones activando sus malas maneras. Así regocijándose en la miseria del otro, muestra el fariseo-hombre-lobo su personalidad: es un ser acomplejado e inseguro.

Aquellos  que pretenden poner en evidencia a Jesús a costa de la mujer adúltera, pertenecen a ese gremio de los fariseos-hombres-lobo comedores de carroña, raza de los que se creen impecables y por tanto convencidos de su derecho a juzgar y decidir sobre los demás con total impunidad. Incluso en nuestras comunidades parroquiales: cáritas, liturgia, catequesis... nos creemos por encima de los demás.

Pero el encuentro sincero con Jesús, hizo que aquellos fariseos tuvieran la honradez de mirar su propia pecado y desde ahí fueron capaces de mostrar misericordia. Aquellos judíos acusadores son pues, criticables por una parte, pero dignos de consideración por el valor de reconocer su propio error. Iniciaron ahí su conversión al Dios del perdón.

Este domingo, previo al domingo de Ramos, el evangelio nos pone ante nosotros mismos. Quiere que miremos nuestras manos cargadas de piedras dispuestas a ser arrojadas sobre los demás sin misericordia. Deberíamos preguntarnos si estamos libres de pecado; si no somos tan miserables como los adúlteros que los que apedreo con mis juicios mentales y con mis palabras. Con qué derechos nos erigimos en acusadores de nuestros hermanos.

El perdón de Dios nos abre a una vida nueva, como a la mujer pecadora del evangelio y quien sabe si también a los acusadores.

 

 

Hasta la próxima

Paco Mira

LECTURAS Y EVANGELIO DEL V DOMINGO DE CUARESMA

 


LECTURAS Y EVANGELIO DEL  V DOMINGO DE CUARESMA

Primera Lectura

Lectura del libro de Isaías (43,16-21):

 Esto dice el Señor, que abrió camino en el mar y una senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, la tropa y los héroes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. «No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, corrientes en el yermo.

Me glorificarán las bestias salvajes, chacales y avestruces, porque pondré agua en el desierto, corrientes en la estepa, para dar de beber a mi pueblo elegido, a este pueblo que me he formado para que proclame mi alabanza».

 

Palabra de Dios

 


Salmo

Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

 

Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión,

nos parecía soñar:

la boca se nos llenaba de risas,

la lengua de cantares. R.

 

Hasta los gentiles decían:

«El Señor ha estado grande con ellos.»

El Señor ha estado grande con nosotros,

y estamos alegres. R.

 

Recoge, Señor a nuestros cautivos

como los torrentes del Negueb.

Los que sembraban con lágrimas

cosechan entre cantares. R.

 

Al ir, iba llorando,

llevando la semilla;

al volver, vuelve cantando,

trayendo sus gavillas. R.

 

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (3,8-14):

 Hermanos:

Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.

Por él lo perdí todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo y ser hallado en él, no con una

justicia mía, la de la ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.

Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos.

No es que ya haya conseguido o que ya sea perfecto: yo lo persigo, a ver si lo alcanzo como yo he sido alcanzado por Cristo.

Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, hacía el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús.

 

Palabra de Dios

 


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):

 

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.

Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:

– «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?».

Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo.

Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo.

Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:

– «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra».

E inclinándose otra vez, siguió escribiendo.

Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer en medio, que seguía allí delante.

Jesús se incorporó y le preguntó:

– «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?».

Ella contestó:

– «Ninguno, Señor».

Jesús dijo:

– «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

 

Palabra del Señor



sábado, 29 de marzo de 2025

Oración con el evangelio de este fin de semana.


 Oración con el evangelio de este fin de semana.

Dame un tiempo más, Señor, y no te enfades conmigo, para que crezca en sensatez. Un tiempo más para que arregle lo que se va haciendo crónico. Un tiempo más para que purifique el pensamiento y me haga menos suspicaz y desconfiado. Un tiempo más para que sea más generoso. Un tiempo más para que tenga más detalles de ternura y comprensión. Un tiempo más para que me vuelva a ilusionar como al principio de los proyectos fundamentales de mi vida. Un tiempo más para esperar por las personas, entendiendo y soportando sus tormentas. Un tiempo más para ver si encuentro tiempo para Ti. Un tiempo más para poner las cosas en orden y saber que es lo prioritario. Un tiempo más para cuidarme de verdad y escucharme por dentro. Un tiempo más para poder airear la humedad que deja dentro de mí los rencores ocultos. Un tiempo más para aceptar mis limitaciones, dejarme ayudar, y no ser tan autosuficiente.
Un tiempo más para no pedir a los demás lo que yo no estoy dispuesto a hacer. Dale permiso a tu Hijo para que me siga cavando, regando y nutriendo, para ver si doy algo más de fruto. Que no me quede en higuera frondosa y llena de hojas, sólo apariencia, pero sin frutos. Hasta en los sitos quemados por la lava, aparecen brotes verdes de plantas que se hacen resistentes y quieren dar fruto. Y yo, en condiciones mejores, no los doy tanto. Que nunca estorbe allí donde estoy, sino que sea generoso y desprendido ofreciendo lo que soy y lo que tengo. Que no me crea imprescindible y dueño de un espacio. Que no me importe ser de los últimos y servir ofreciendo mis años y mis esfuerzos.
Ojalá sepa aprovechar este tiempo que me das, que viene acompañado con el regalo de la vida y el cuidado de tu amistad.