sábado, 21 de junio de 2025

CATEQUESIS PREMATRIMONIAL

CON EL FIN DE DAR UN PASO EN LA UNIÓN MATRIMONIAL,💍💍
ESTE FIN DE SEMANA UN GRUPO DE PAREJAS SE HAN REUNIDO EN LA PARROQUIA SANTÍSIMA  TRINIDAD DEL TABLERO.
¡MUCHAS FELICIDADES!



 

viernes, 20 de junio de 2025

EUCARISTÍA DOMINGO CORPUS

CONVIVENCIA LANZAROTE GRUPO DE VIDA

LECTURAS DE LA SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO

 


Primera Lectura

Lectura del libro del Génesis (14,18-20):

 En aquellos días, Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a Abran, diciendo: «Bendito sea Abrahán por el Dios altísimo, creador de cielo y tierra; bendito sea el Dios altísimo, que te ha entregado tus enemigos.» Y Abran le dio un décimo de cada cosa.

Palabra de Dios



Salmo

Sal 109,1.2.3.4

 

R/. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec

 

Oráculo del Señor a mi Señor:

«Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos

estrado de tus pies.» R/.

 

Desde Sión extenderá el Señor

el poder de tu cetro:

somete en la batalla

a tus enemigos. R/.

 

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,

entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío,

antes de la aurora.» R/.

 

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.» R.

 


Segunda Lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (11,23-26):

 Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

 Palabra de Dios

 


Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,11b-17):

En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar al gentío del reino de Dios y curó a los que lo necesitaban.

Caía la tarde, y los Doce se le acercaron a decirle: «Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en descampado.»

Él les contestó: «Dadles vosotros de comer.»

Ellos replicaron: «No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.» Porque eran unos cinco mil hombres.

Jesús dijo a sus discípulos: «Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.»

Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

 

Palabra del Señor



viernes, 13 de junio de 2025

TODO AMOR ES UN MISTERIO

 


TODO AMOR ES UN MISTERIO

 

 

Muchos hemos oído desde pequeños la frase ‘Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando’, creyendo que era el lema de los Reyes Católicos, aunque no es así; ‘Tanto monta’ era sólo una abreviatura de la divisa Fernando el Católico. Pero la frase pasó a la cultura popular dándole un significado: que en un grupo humano, da igual quien hable o haga las cosas, porque todos tienen la misma autoridad; o bien que no importa el orden o la forma en que se hagan las cosas, porque el resultado final será el mismo.   

Hoy, una vez finalizado el tiempo de Pascua, celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad. A menudo, cuando pensamos en la Santísima Trinidad, la vemos como una especie de rompecabezas, en el que debemos encajar el Tres en Uno y el Uno en Tres; tampoco nos sirven de mucho los necesarios argumentos teológicos que muestran la razonabilidad de la afirmación del Dios Uno y Trino, porque superan la capacidad de entendimiento del común de la gente.

Pero debemos y necesitamos conocer cada vez mejor a Dios, porque de la idea e imagen que tengamos de Él dependerá el tipo de relación que tendremos con Él.

En el Evangelio hemos escuchado que Jesús decía del Espíritu Santo: “no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye… porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará”. Jesús amplía el Misterio de Unidad, incluyendo al Espíritu Santo, que no actúa “por cuenta propia”, de forma independiente, sino en total unión con el Padre y del Hijo. 
La celebración del mayor misterio de nuestra fe, la Santísima Trinidad, nos invita a afirmar: ‘Tanto monta, monta tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo’. Como diremos en el Prefacio, son «tres Personas distintas, de única naturaleza e iguales en dignidad». Son Tres Personas distintas que comparten el ser Dios, y en ese ‘ser Dios’, las Tres son iguales en su dignidad, no hay Uno más que Otro.

A lo largo de los siglos, los teólogos se han esforzado por investigar el misterio de Dios ahondando conceptualmente en su naturaleza y exponiendo sus conclusiones con diferentes lenguajes. Pero, con frecuencia, nuestras palabras esconden su misterio más que revelarlo. Jesús no habla mucho de Dios. Nos ofrece sencillamente su experiencia.

A Dios Jesús lo llama “Padre” y lo experimenta como un misterio de bondad. Lo vive como una Presencia buena que bendice la vida y atrae a sus hijos e hijas a luchar contra lo que hace daño al ser humano. Para él, ese misterio último de la realidad que los creyentes llamamos “Dios” es una Presencia cercana y amistosa que está abriéndose camino en el mundo para construir, con nosotros y junto a nosotros, una vida más humana.

Jesús no separa nunca a ese Padre de su proyecto de transformar el mundo. No puede pensar en él como alguien encerrado en su misterio insondable, de espaldas al sufrimiento de sus hijos e hijas. Por eso, pide a sus seguidores abrirse al misterio de ese Dios, creer en la Buena Noticia de su proyecto, unirnos a él para trabajar por un mundo más justo y dichoso para todos, y buscar siempre que su justicia, su verdad y su paz reinen cada vez más en entre nosotros.

Por otra parte, Jesús se experimenta a sí mismo como “Hijo” de ese Dios, nacido para impulsar en la tierra el proyecto humanizador del Padre y para llevarlo a su plenitud definitiva por encima incluso de la muerte. Por eso, busca en todo momento lo que quiere el Padre. Su fidelidad a él lo conduce a buscar siempre el bien de sus hijos e hijas. Su pasión por Dios se traduce en compasión por todos los que sufren.

Por eso, la existencia entera de Jesús, el Hijo de Dios, consiste en curar la vida y aliviar el sufrimiento, defender a las víctimas y reclamar para ellas justicia, sembrar gestos de bondad, y ofrecer a todos la misericordia y el perdón gratuito de Dios: la salvación que viene del Padre.

Por último, Jesús actúa siempre impulsado por el “Espíritu” de Dios. Es el amor del Padre el que lo envía a anunciar a los pobres la Buena Noticia de su proyecto salvador. Es el aliento de Dios el que lo mueve a curar la vida. Es su fuerza salvadora la que se manifiesta en toda su trayectoria profética.

Este Espíritu no se apagará en el mundo cuando Jesús se ausente. Él mismo lo promete así a sus discípulos. La fuerza del Espíritu los hará testigos de Jesús, Hijo de Dios, y colaboradores del proyecto salvador del Padre. Así vivimos los cristianos prácticamente el misterio de la Trinidad.

 

 

 

 

Hasta la próxima

Paco Mira

 

 

DESPEDIAD DE SANTA LUCIA

DESPEDIDA DE SANTA LUCÍA EN LA VISITA DE LA PARROOUIA SAN RAFAEL