LECTURAS DEL XXVIII DOMINGO
DEL TIEMPO ORDINARIO
Primera Lectura
Lectura del libro de
la Sabiduría (7,7-11):
Salmo
Sal
89,12-13.14-15.16-17
R/. Sácianos de tu
misericordia, Señor
Enséñanos a calcular nuestros
años,
para que adquiramos un corazón
sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta
cuando?
Ten compasión de tus siervos.
R/.
Por la mañana sácianos de tu
misericordia,
y toda nuestra vida será
alegría y júbilo.
Dános alegría, por los días en
que nos afligiste,
por los años en que sufrimos
desdichas. R/.
Que tus siervos vean tu
acción, y sus hijos tu gloria.
Baje a nosostros la bondad del
Señor
y haga prósperas las obras de
nuestras manos. R/.
Segunda Lectura
Lectura de la carta
a los Hebreos (4,12-13):
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Marcos (10,17-30):
Jesús le contestó: «¿Por qué
me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no
matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no
estafarás, honra a tu padre y a tu madre.»
Él replicó: «Maestro, todo eso
lo he cumplido desde pequeño.»
Jesús se le quedó mirando con
cariño y le dijo: «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero
a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció
el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo
a sus discípulos: «¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de
Dios!»
Los discípulos se extrañaron
de estas palabras.
Jesús añadió: «Hijos, ¡qué
difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el
dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un
rico entrar en el reino de Dios.»
Ellos se espantaron y
comentaban: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Jesús se les quedó mirando y
les dijo: «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.»
Pedro se puso a decirle: «Ya
ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
Jesús dijo: «Os aseguro que
quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por
mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y
hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones–, y en la
edad futura, vida eterna.»
Palabra del Señor
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