sábado, 18 de noviembre de 2023

ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 


Con tu ayuda, Señor, he ido poniendo algunos talentos en funcionamiento. Algunos los he ido descubriendo de manera sorpresiva. En ocasiones los he usado solo para mi beneficio personal. Con el tiempo he ido entendiendo que ponerlos sobre todo al servicio de los que me rodean me hace más feliz.  No pierdo nada cuando me doy; al contrario, me siento más pleno. Pero reconozco que he sentido miedo y que algunos valores no los estoy desarrollando adecuadamente. Miedo al fracaso, miedo a perder tranquilidad, miedo a que me utilicen. Es un riesgo, no exento de zancadillas y malas interpretaciones. El anonimato de vivir como la mayoría, solo preocupados por sus asuntos e intereses, y con tiempo disponible para el ocio, me atrae. Me atrae también vivir sin problemas, porque cuando más participo y asumo más responsabilidades, más problemas tengo que gestionar. También observo a personas, que sin tener suficiente capacidad, asumen tareas que no le corresponden con el sólo deseo de tener un lugar donde brillar. Pero lo que más me atrae es ver a algunos, que con generosidad, trabajan y se afanan por los demás, sobre todo, los que asumen las tareas más ingratas o menos consideradas y lo hacen de manera silenciosa y delicada. Tu, Señor, sabes valorar cada esfuerzo, cada entrega. No sólo la que todos ven, sino ante todo la que nadie ha percibido y que a muchos ha beneficiado. Pones en nuestras manos lo que crees conveniente. No valoras más al que hace mucho y destaca. Valoras cada esfuerzo, cada detalle, cada derrota que no cae en el desaliento; cada empezar de nuevo. Todo lo que tengo en el fondo me lo has dado; y nada he podido hacer sin tu luz y sin tu ayuda. No me hagas caer en el miedo. Anima mi esperanza y alienta mis desánimos. No quiero enterrar lo que me diste. Quiero ofrecerte  cada día mi pobreza, Señor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión es importante.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.