viernes, 14 de enero de 2022

DIARIO DE UN CURA

Empiezo este año, contando la historia de una la chica que tiraba piedras con los pies. 

Hace unos días estuve en la casa de Javiela Romero.  Era una visita  prometida desde hace meses, pero hasta ahora no había sido posible. Javiela vive con su madre y las dos  son de mucha y amena  conversación. Juntas,  me contaron  el problema que tuvo Javiela al nacer y muchas de las aventuras que ya desde niña protagonizó a consecuencia  de  tener incompletas sus manos y la poca fuerza de sus brazos. 

Desde niña, me contaba, como los brazos eran muy débiles, aprendí a hacer trabajos con los dedos de los pies.  Enhebraba la aguja , rehilo, calar …todo con los pies. Me sentaba en el suelo y jugaba, escribía,  pintaba y tiraba piedras con los pies. Mis pies hicieron su función  de pies y también de manos y brazos.  Algunos niños se reían de mí por mis “manitas muertas” y entonces yo,  con una gran habilidad, con los dedos de los pies agarraba una piedra y  la lanzaba con tanta fuerza que ya me tenían miedo y me respetaban. Por Ingenio hay alguno que guarda la cicatriz en la frente y a veces, cuando nos vemos,  lo recuerda y nos reímos. 

Pero no crean que ahora sigue siendo así, aunque algo debe quedar, me supongo.  Su madre no  la educó sobreprotegiéndola, sino animándola a superar las dificultades con que había nacido. Ahora Javiela ya no tira piedras sino que da clases de pintura a los niños, toca la guitarra y se desenvuelve en la vida como cualquiera de nosotros, o mejor.  Es monitora del Centro de Mayores de Ingenio. 

El carácter de Javiela y la colaboración de la madre ayudaron mucho a no quedarse encerrada y saber defenderse ante cualquier problema. 

Es un ejemplo de lucha, perseverancia y progreso. La fuerza que faltó en sus manos la trasladó a sus pies y, sobre todo, a su voluntad. 

En su casa hay pinturas suyas, bastantes, realizadas con los dedos de los pies y con la boca. También a mí me ha regalo un óleo lleno de colorido y simbolismo que hoy me gustaría enseñarles a ustedes. 

Ya ven, he empezado un año nuevo con el encuentro con una mujer extraordinaria. Alguien que anima para que este año nuevo sea próspero. Que no haya ninguna dificultad que nos acobarde. Y si no, acuérdate de Javiela, la chica que apedreaba a los niños con los pies, pro que también pintaba, cosía y tocaba la guitarra.

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