DIARIO DE UN CURA( JESÚS VEGA MESA)
LA FIGURA QUE FALTA EN EL BELÉN
Me llamaron de la radio para preguntarme si en los
belenes, además de la Virgen, el Niño, San José y las figuras que solemos ver,
echo en falta alguna otra.
La verdad es que todos los años visito muchos belenes
y siempre encuentro sorpresas. Hace unos días visité, aquí en Ingenio, la
casa de Gustavo y Maye, y encontré un belén artístico y muy
original. Sus autores dicen que debemos buscar en él al menos diez incongruencias
que, con toda intención, han ido colocando: una botella de butano, una farola alumbrando la
calle, un pastor hablando con el móvil, etc. El esfuerzo
por descubrir los gazapos obliga a detenerse en pequeños detalles que, de lo
contrario, pasarían inadvertidos. Me gustó, aunque no logré descubrirlos todos.
Yo estoy conforme con las figuras que hay en el belén
tradicional y no necesito más. Pero tampoco me importaría añadir algunas
otras. Podría poner, por ejemplo, a Paco el de la tienda vecina, que pone
siempre un gesto de amabilidad y simpatía en los que van allí a
comprar. Paco merece estar en el belén. También me agradaría contemplar al
grupo de jubilados que, sentados al lado de la plaza, hablan trivialidades, comentan historias
vividas y Navidades pasadas. Los jubilados ven con sabiduría cómo la vida pasa
y cómo la vida cambia. Podrían estar, tal vez, contemplando al Niño
con la mirada del viejo Simeón a quien le bastó encontrarse con él para ser
feliz y no desear ninguna cosa más en esta vida.
Pero si lo que me pide el locutor es la
figura de un solo personaje, pondría a una niña. Es que si no fuera
así, Jesús se aburriría. No tendría con quien jugar, reír y hacer de vez
en cuando una travesura. Todos los niños necesitan de los niños. Jesús también.
Los mayores, las familias, también necesitamos la presencia de los niños. Y
ahora en Navidad, aunque sea de forma simbólica, hace falta en cada casa la
imagen de Dios hecho Niño.
Y si hay que ponerle nombre a esa pequeña que quiero
esté en nuestros belenes, me valdría cualquiera de los niños y niñas que veo
los domingos en la parroquia. Me valdrían igualmente esos que han llegado
en patera estas últimas semanas. Podría ser, por ejemplo
Daniela, siempre dispuesta a colaborar. A Daniela la pondría
sencillamente sonriendo, como suele ser habitual en ella. Muy cerca de Jesús
para que todos los que miran la cuna del niño vean que también hay otros niños
y niñas que son un ejemplo para nosotros los mayores.
Y, como en el belén de Gustavo y Maye , tan lleno de
sorpresas, añadiría por ejemplo una sinagoga pequeñita en donde
constantemente sonara un Ave María. Y al lado, un salón con el letrero de
CÁRITAS y las voluntarias preparando ropa para las familias necesitadas, como
la de José y María. Y pondría también varios niños y
niñas “sembradores de estrellas” poniendo a los pastores
una pegatina que dice “Jesús nace para todos”. Y un
presentador de Radio, por ejemplo Radio Tamaraceite, micrófono en mano,
entrevistando a María.
La verdad, me haría ilusión estar yo también allí,
cámara de fotos en mano, para poder contarles a ustedes, de primera mano,
la emoción que se siente al estar tan cerca de él, poder
acariciarlo y hablarle.
Disculpen. Ahora me doy cuenta de que no es necesario estar
allí como una figura del belén. Jesús ya lo dijo: A Él lo puedo ver
y experimentar de verdad y cada día. A Paco, Daniela y a todos los
personajes que me gustaría ver en un belén, los puedo descubrir y sentir en la
realidad en este gran Belén en el que todos estamos. No como figuras
sino como personas, niños de carne y hueso a los que puedo tratar, querer,
ayudar, como a Jesús. Y esa es la Navidad que podemos intentar
vivir. Feliz Navidad.
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