La
vida es un viaje..
Desde
que nacemos es preciso partir.
Hay
que ir dejando atrás muchas cosas: infancia, familia, hogar, ...
salir
del presente y orientarse hacia el futuro .. y caminar ..
No
podemos pararnos porque la vida sigue.
Lo
importante es no dejar la propia ruta y no salirse del camino,
aunque
a veces resulta difícil y cuesta arriba.
Pero
no vamos solos.
Viajamos
con los otros,
y
Cristo también se hace compañero de viaje.
Y
el viaje tiene una meta.
La
vida tiene un sentido.
Al
final del viaje cenaremos juntos. Y se hará luz.
Entonces
Percibiremos que el corazón ardía mientras hacíamos el viaje.
Y
nos vendrán las ganas de reemprender el rumbo,
de
volver al encuentro de los que quedaron atrás.
Porque
los otros también esperan que vayamos a decirles:
“Hemos
visto al Señor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante.
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.