Feliz II de Curesma! Cuando Jesús oraba y estaba contigo, Padre, su aspecto cambiaba, ¡se le notaba que estaba lleno de Ti! Ojalá que también a mí se me note por fuera que estoy lleno de tu amor por dentro. Gracias Jesús por el encuentro en la oración y la Eucaristía que nos permite bajar a encontrarnos con la humanidad.
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