MODELO
DE APRENDIZAJE EN UN MUNDO... ¿SIN EDUCACIÓN?
Bueno, la verdad es que les digo que
no sé si se acaban las vacaciones o que algunos las han acabado y las cogen los
que no lo hicieron, no sé si tiene que haber
algunos meses específicos de
vacaciones.... pues eso, que no sé. Lo que sí se es que este mes que
estrenamos, el mes de septiembre, es el pistoletazo de salida para muchas
cosas: inicio de cursos de pastoral en infinidad de parroquias, inicios de
curso escolar en todos los centros educativos - públicos y privados -, quizás
alguno con síndrome postvacacional, etc... es un mes curioso y a veces hasta
complicado.
Y si hablamos de educación, nuestro
país, según todos los informes, no es el mejor parado. Parece que estamos a la
cola en muchas cosas, sobre todo en materia educativa. No será por la cantidad
de leyes educativas que desde la democracia hemos tenido. Y curiosamente todos
los gobiernos han querido hacer la mejor ley posible (eso yo al menos no lo
dudo), pero.... seguimos a la cola, parece que no hay solución y nuestros
alumnos... siguen suspendiendo.
Las lecturas de este fin de semana,
nos hablan, o al menos así lo interpreto yo, de
algo que a nivel educativo se
habla mucho: modelos de aprendizaje.
Es decir, de qué forma podemos hacer que los alumnos, nuestros hijos, puedan
aprender lo que tienen que aprender de la mejor manera posible: que si la
competencia x, que el modelo Montesori, que..... y Jesús nos propone el mejor
de todo: el que quiera seguirme, que se
niegue a sí mismo, cargue con su cruz y....
Probablemente nuestros alumnos de
hoy en día, como nosotros en nuestra época, no asumíamos cosas que eran
inevitables, entre otras razones porque eran impuestas. Y al ser humano, a
nosotros que nos impongan cosas pues como que no nos gusta y a ellos les pasa
lo mismo: el formarse, el tener una cultura, el tener el hábito del esfuerzo,
del sacrificio, .....de que las cosas no las regalan, aunque nos lo impongan,
pues como que no les, no nos gusta.
Cargar
con la cruz de cada día, no es plato de gusto. Asumir la realidad que nos
toca en cada momento, a veces nos resulta realmente tedioso. Momentos de
enfermedad, momentos de distanciamiento, momentos de duda, momentos de
angustia, momentos de dificultad en los trabajos, momentos de mal momento familiar....
Jesús nos marca su modelo de aprendizaje.
Sin duda un modelo nada fácil, que exige un máximo de los rendimientos para
poder alcanzar el aprobado. Casi como a nuestros alumnos que van a comenzar el
curso.
Pero claro, también tienen que darse
unas condiciones. El propio Jesús nos dice niégate
a ti mismo. Y negarse a sí mismo es salir de uno mismo, es darse, es
entregarse, es donarse, es compartir, es ser solidario, es abrazar, es el
acompañamiento de un silencio..... Barcelona fue el ejemplo de muchos de estos
negarse a sí mismo. Muchos fueron los que se donaron, los que compartieron, los
que acompañaron, los que derramaron una lágrima solidaria, los que depositaron
desde el silencio las tenazas que desclavan a los crucificados de un atentado.
Ya ven que la tarea que nos queda no
es poca. Probablemente y en más de una ocasión nos pasa como a nuestros
alumnos, que nos dan ganas de arrojar la toalla, de no querer seguir
estudiando... es como lo que Jesús le dice a Pedro, piensas como los hombres, pero no como Dios. Pablo en la segunda lectura nos recordará que
hay que discernir para hacer la voluntad del Padre, y como Padre no quiere lo
malo para sus hijos y a veces nosotros no sabemos discernir lo que el Padre nos
pide.
Amigos. No tengamos síndrome
postvacacional. Probablemente hemos tenido las vacaciones que nos merecemos en
función de nuestro trabajo. Sigamos los modelos de aprendizaje de Jesús en un
mundo en el que pienso que cada vez es menos educado, al menos en gestos,
actitudes, momentos y espacios. Animo con el inicio del curso.
Hasta
la próxima
Paco Mira
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