1. La primera vez que fuiste padre o madre Es
difícil explicar la sensación de dar vida. Dios es quien da la vida, pero
gentilmente nos permite ser co creadores junto a Él y colaborar en su plan.
Tener en tus brazos algo tan tuyo, pero al mismo tiempo, tan producto de la
voluntad y el querer de Dios, es sin duda una experiencia espiritual.
2. Cuando te sorprendes con la inmensidad del
cielo
Descubrir que lo que podemos ver y comprender es diminuto, que todo está en las
manos de alguien mayor que tu. Nada puedes hacer para cambiar el color del
cielo, las formas de las nubes o la luz que llega a tu ventana. Y eso es solo
lo que tus ojos alcanzan a ver, ¡cuánto más hay en la creación que no somos
capaces de ver ni comprender!
3. Cuando te descubres contemplando tus manos Perfectas
pero imperfectas. Diseñadas tan hábilmente, de forma tan delicada pero a la vez
tan firmes. Mirar como el camino y los quehaceres las han ido modificando, pero
al mismo tiempo siguen siendo las mismas: esas que Dios pensó y diseño para mi
4. Al
notar que has tenido una larga conversación contigo mismo No
somos pedazos de carne que forman parte de una maquinaria. Hay algo dentro
nuestro que aspira a lo alto, que busca lo mejor, que aun si saberlo, anhela a
Dios. Descubrirte conversar contigo mismo, planificando, confrontándote,
resolviendo cosas importantes. No eres producto de una casualidad y el ser tan
complejos y tan completos es voluntad y producto de la inmensa creatividad de
Dios.
5. Ese
día que inexplicablemente tu corazón está en paz Hay razones
externas, como la tranquilidad económica, la salud física, la estabilidad
familiar entre muchas otras; pero cuando a pesar de que alguna de esas cosas no
anda del todo bien, igualmente en tu corazón hay una paz que no podemos
justificar desde los hechos, es como si Alguien la hubiera puesto ahí.
6. Cuando te sientes amado No es solo una cosa de
aceptación y autoestima, es más grande que eso, es que sentirse amado es
sentirse digno, es comprender que hay valor en mi y aunque el amor humano es
limitado y lleno de flaquezas, es una luz de cómo es el amor de Dios y nos da
pistas sobre cómo es el sentirse amado por Él .
7. Cuando lo que le hombre ha construido te
sorprende Es como si aun quedaran algunos suspiros de ese aliento
inicial que formó todo en la creación. Estamos tan acostumbrados a la
inteligencia humana y que esta resuelva nuestros problemas cotidianos, que
cuando damos dos pasos para atrás y dejamos de mirar para ponernos a contemplar
y dejarnos asombrar por lo que el hombre ha construido, por como Dios nos ha
regalado la inteligencia para poder colaborar con su perfección y hacer cosas
tan increíbles como los rascacielos y tan sencillos como una cuchara.
8.
Cuando quien menos lo esperas, tiene fe Es común hacer algún tipo
de juicio sin querer sobre la fe y la vida espiritual de las personas; incluso
es común diagnosticar a algunos como “casos perdidos”, pues sabemos que en su
escala de valores, la experiencia de fe no entra. Pero cuando vemos a alguno de
esos “alejados” mostrar una pequeña luz de fe, nuestros corazones se inflaman y
la esperanza vuelve a nacer. Cuando les vemos persignarse, hablar de Dios,
compartir mensajes o frases relacionadas con Dios y lo espiritual, e incluso
cuando te piden oraciones, nuestros corazones se llenan de Dios y comprendemos
que Él está, incluso en aquellos que menos esperamos que esté.
9. Cuando luego de dar la pelea y rendirte,
las cosas comienzan a funcionar Pareciera que Dios está esperando a que
lleguemos a nuestro límite y cuando ya no podemos hacer nada más nosotros,
comienza a actuar Él. Es probable que te haya ocurrido que las puertas cerradas
delante de ti, inexplicablemente comienzan a abrirse y esa situación que casi
no tenia arreglo, de un momento a otro se restaura y comienza a funcionar.
10. Al acompañar a un ser querido en sus
últimos momentos de vida Es doloroso, pero desde la fe, es
esperanzador y reconfortante acompañar a alguien a quien amas y que este se
vaya al encuentro con Dios teniendo paz en su corazón. Quienes han acompañado a
sus seres queridos en sus últimos momentos de vida sabrán reconocer lo fuerte
de la experiencia, pero también sabrán reconocer la inmensa paz y consuelo que
experimentan los corazones, al saber que el ser amado es recibido por el
Creador de vuelta en casa.
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