TENGAN PACIENCIA: TODAVÍA NO ES NAVIDAD
Salí a
la calle y lo primero que vi fue un papa Noel
colgado de una
ventana. Y quedé desconcertado: ¿qué día será hoy? Más arriba,
sobre el portal de una casa, habían colocado, como si estuvieran
compitiendo, a unosreyes magos
escalando la pared. Y otra vez me vino la confusión. Me gustan más los reyes
que el papá Noel; pero de esa forma y en
estos días, tampoco me agradan. Y el frontis de la tienda de zapatos está lleno
de estrellas relucientes desde octubre.
A mi móvil llegaron, antes de acabar el mes de noviembre, varias felicitaciones
de Navidad. ¿Feliz Navidad el 24 de
noviembre? ¿Estaremos locos?
Los grandes acontecimientos precisan de una preparación previa. Pero no hay que
precipitarse. Cuando hay elecciones, como es el caso, no se permite que un candidato
pida el voto hasta quince días antes. Yo
tampoco quiero que nadie me felicite la Navidad con un mes de antelación.
Porque si no, rompemos con esa liturgia preparatoria que es
necesaria y es
hermosa. Ahora estamos en Adviento, sólo adviento. Los cristianos nos
preparamos para celebrar que el Señor está entre nosotros. Pero no hay que
precipitarse porque romperíamos el misterio. Todavía es tiempo de preparar.
Adviento es ponerse a soñar un mundo más
justo y bueno permitiendo que Dios entre
en nuestra historia. Es intentar que la paz no sea una palabra sino una
búsqueda apasionada cada día. Las señales de que uno ama y quiere vivir la
Navidad se demuestran con gestos que tengan eficacia. Asistir a la
manifestación para reclamar la defensa del Medio Ambiente puede ser un signo de
adviento. Luchar con todas las fuerzas para erradicar la violencia en las
familias, eso es preparar la Navidad. No se hace colocando al extranjero rojo en la ventana de
la casa. En todo caso, lo que hay que hacer es descolgar de nuestra
vida las peleas entre compañeros
o el tono de las discusiones familiares.
O decidir compartir tiempo, dinero, comida, con quienes están necesitados. O echar una mano como voluntario o voluntaria en
cualquier ONG o en la parroquia del pueblo. No nos engañemos. Todavía no es Navidad por
muchas luces que se enciendan en la calle. No se puede permitir que esta fiesta
sea una mentira o que nos quedemos en lo
puramente superficial.
Y en todo caso, recuerda que aún es Adviento.
Que hay tiempo para preparar la Gran
Fiesta colocando estrellas de verdad: honradez, afecto, ternura, sencillez,
sinceridad, servicio. Y así la Navidad
irá llegando poquito a poco. Y si no, recuerda lo del Principito:
“Al
día día
siguiente volvió el principito.
-Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el
zorro-.
Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde,
comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me
sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de
la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar
mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -dijo el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-.
Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días: una hora, de las
otras horas.”
Por eso hay que tener paciencia. Hay que ir haciendo
la Navidad. Y cuando ya esté casi hecha, entonces sí. Entonces felicita,
enciende luces y canta. Entre tanto, vivamos el rito del adviento.
P.D.
Ayer
empezaron los políticos su particular
adviento. A toda prisa preparan el camino para su posible llegada al poder.
Pero algunos están vendiendo el oso antes de cazarlo. También tienen que
aprender a esperar y a no cantar la victoria antes de jugar el partido. Feliz
Adviento en religioso, lo social y lo político para todos. Pero sólo eso.
Adviento.
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